Sonic the Hedgehog es el símbolo más reconocible que SEGA tiene en el mundo y una de sus más grandes ironías. ¿Sabías que, pese a que tanto la compañía y el personaje son de origen japonés, su fama se la deben mucho más a los estadounidenses? Aquí te contaremos una de las historias más peculiares de la llamada guerra de consolas.
Según reveló el documental Console Wars, el origen de SEGA en Estados Unidos fue errante. Al igual que muchas otras compañías de videojuegos por entonces, la multinacional japonesa tenía que conformarse con un ínfimo porcentaje del mercado debido a la gran hegemonía de Nintendo, que tenía el 95% de la cuota de la industria.
Sin embargo, los planes de SEGA no eran pequeños. Tenían un objetivo claro y si este implicaba enfrentarse a un gigante como la gran N al estilo de David y Goliat, lo intentarían. Para ello, reclutaron a uno de los mejores ejecutivos de la industria por entonces: Tom Kalinske, quien había trabajado en Mattel ayudando a revitalizar la marca Barbie, Hot Wheels y creando otras como la de He-Man.
Kalinske fue convencido por el propio CEO de SEGA en Japón de unirse a sus filas, pero por entonces los nipones ya tenían cierta fama de ser muy controladores en cuanto a sus filiales en el extranjero. El norteamericano aceptó con la condición de que le den carta libre y que le dejen hacer las cosas “al estilo americano”.
Un tiempo después, Kalinske ideó lo que probablemente sea una de las campañas más exitosas en la historia de esta industria y que conllevó, entre otras cosas, a la creación de Sonic.
En primer lugar, Kalinske sugirió que SEGA inicie una campaña de marketing agresivo, refiriéndose a Nintendo abiertamente en sus piezas publicitarias y relacionándolos con una consola lenta, del pasado y obsoleta —de esta idea surgirían los famosos comerciales de “SEGA does what Nintendon’t” (SEGA hace lo que Nintendono)—. Además, también se creó el famoso ‘grito SEGA’.
En segundo lugar, Kalinske exigió que la Genesis, la consola de 16 bits que ya estaba en el mercado —en competencia con la NES de 8 bits— baje de precio y, por si fuera poco, también pidió que se cree una mascota que compita directamente con Mario, y que además el título debut de este personaje se regale con cada Sega Genesis.
Sonic the Hedgehog: la historia de cómo le quitó la corona a Mario
Aunque con gran oposición, el directorio de SEGA en Japón dio carta verde a los planes de Kalinske. Rápidamente, se le encargó al director de arte, Naoto Ohshima, que realizara bosquejos para la nueva mascota. El encargado de dar el visto bueno sería nada menos que Al Nilsen, director de marketing de la división americana. Este hecho, según revelan en el documental citado, provocó cierto recelo de los japoneses.
El primer bosquejo de Sonic lo mostraba como miembro de una banda de erizos (hedgehogs en inglés). Su estilo era menos redondeado, más de mano alzada y hasta tenía una novia más alta que él llamada Madonna. Tras presentárselo a Nilson, este indicó que se elimine a la banda, a la novia y que el diseño del personaje sea más redondo, radical y lleno de vigor, de manera que contraste con el aspecto familiar de Mario Bros.
Sonic the Hedgehog: la historia de cómo le quitó la corona a Mario
El programador estrella de SEGA por entonces, Yuji Naka, había creado un algoritmo que permitía mover la pantalla del juego a velocidades considerables, por lo que el concepto de Sonic se completó naturalmente, sería un juego de plataformas enfocado en grandes velocidades y obstáculos.
Las ideas de Kalinske para la publicidad también utilizaron a Sonic. Era común ver que en los stands de las ferias se comparaba lado a lado al erizo con Super Mario Bros, incluso cuando llegó su versión para Super Nintendo. El juego de SEGA era evidentemente más rápido y la diferencia de colores no era grande.
La efectividad de todas estas medidas se vio reflejada en los reportes de la época. Nintendo cayó de tener el 95% del mercado a solo el 48% y Sonic the Hedgehog demostró ser incluso más popular que Mario para los niños, según reportes de entonces.
Lamentablemente, los frutos de las buenas ideas de Kalinske no siguieron un rumbo positivo. Las tensiones entre SEGA Japan y SEGA of America crecerían, lo que provocó que se pierdan grandes oportunidades a futuro, como una asociación con Silicon Graphics (que luego se aliaría con Nintendo para crear la Nintendo 64) y quizá la más infame: el rechazo a una alianza con Sony para crear una consola que termine por fin con la hegemonía de la gran N. Pero esa ya es otra historia.