La Nintendo Switch llegó en 2017 a diferentes partes del mundo, pero no a Brasil, donde los fanáticos enfrentaron por años las consecuencias de una decisión que la gran N tomó a raíz de los altos impuestos. Allí han tenido que esperar más de tres navidades para ver a la plataforma híbrida en tiendas oficiales, hecho que se consumó por fin en setiembre.
Las razones de la ausencia de Nintendo Switch en Brasil fueron las altas tasas de impuestos para el hardware de videojuegos. La PS4, por ejemplo, llegó a costar el equivalente de 1.800 dólares en 2013. Por tales inconvenientes, Nintendo cesó sus ventas directas en dicho país en 2015.
Sin embargo, durante el mes de agosto y tras años de espera, la compañía del fontanero prometió que la Nintendo Switch finalmente llegaría, palabra que cumplieron el pasado 18 de setiembre aunque con un detalle importante.
Pese a que el gobierno de Jair Bolsonaro logró reducir el impuesto a este tipo de productos, en Brasil, los usuarios todavía deben hacer pagar una fuerte cantidad por la consola, incluso mayor que la que otros podrían hacer por la PS5 en otros países.
La consola híbrida se ofrecerá por 2.999 reales brasileños, un equivalente a 540 dólares. Como referencia, la PS5 se ofrece en el mismo país a 4.999 reales en su versión estándar (casi 900 dólares). Esto nos brinda un ejemplo perfecto de la diferencia de precios entre Latinoamérica y Estados Unidos, donde la Switch y la PS5 cuestan 299 y 499 dólares respectivamente.
Eso sí, la Nintendo Switch llega a Brasil con un catálogo de 100 juegos disponibles desde lanzamiento. Casi todos los títulos first-party de la compañía están presentes como acompañamiento perfecto a la compra. Entre ellos: Super Mario Odyssey, Super Mario Maker 2, The Legend of Zelda: Breath of the Wild, Mario Kart 8 Deluxe, Super Smash Bros. Ultimate, Splatoon 2, Animal Crossing: New Horizons, Super Mario 3D: All-Stars, etc.