
El domingo 29 de junio, dos bomberos fueron asesinados en una emboscada por un francotirador mientras acudían a un incendio forestal en Idaho, en Estados Unidos, informaron las autoridades. Los bomberos enfrentaron olas de disparos en lo que el gobernador del estado calificó como un ataque "atroz".
A las 1:30 de la tarde, se activaron las alarmas en Canfield Mountain, un lugar frecuentado por los amantes de la naturaleza. Se trataba de un incendio más, típico de los que ocurren al inicio del verano en Idaho. Media hora después, las radios de los bomberos comenzaron a emitir un angustioso mensaje: “Todos estamos heridos… envíen refuerzos ya”.
Según Bob Norris, sheriff del condado de Kootenai, un hombre armado con un rifle comenzó a disparar a los bomberos. El atacante se había apostado en la montaña, oculto entre los árboles, esperando que los agentes llegaran para dispararles.
"Creemos que el sospechoso fue quien inició el fuego, que se trató de una emboscada planeada y que fue un acto deliberado", comentó Norris en una rueda de prensa la noche del domingo. "Los bomberos no tuvieron ninguna posibilidad".
Las investigaciones apuntan a que el incendio fue provocado por el tirador. Las autoridades desplegaron refuerzos, y en un momento de la operación, el sospechoso se enfrentó a cerca de 300 agentes en medio de un tiroteo, en el que también intervinieron dos helicópteros con francotiradores.
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En la noche del domingo, el sheriff informó que "miembros de un escuadrón SWAT encontraron a un hombre sin vida en la montaña Canfield", añadiendo que "cerca se halló un arma de fuego", aunque aún se desconoce la identidad del fallecido y el tipo de arma que utilizó. Norris comentó en una rueda de prensa por la tarde que las autoridades se enfrentaron a disparos mientras el incendio seguía activo en la zona montañosa.
Como resultado del tiroteo, dos bomberos perdieron la vida producto de las heridas de bala, y un tercero fue trasladado al hospital para ser sometido a cirugía. "Está luchando por su vida, pero su estado es estable", afirmó Norris.
El gobernador de Idaho, Brad Little, calificó el incidente como un ataque "atroz" contra aquellos que arriesgan su vida para proteger a la comunidad. Mientras tanto, equipos federales del FBI se han sumado a la investigación, y los residentes de Idaho siguen intentando entender lo sucedido.
La Oficina de Gestión de Emergencias del Condado de Kootenai, estado de Idaho, publicó en Facebook que, aunque se ha localizado al presunto tirador, los residentes de la zona deben mantenerse "preparados", ya que podrían ser necesarias más medidas debido al incendio forestal que continúa activo.
Bob Norris confirmó en una rueda de prensa que la oficina del forense investigará las circunstancias de la muerte del pistolero, ya que, en este momento, las autoridades no tienen certeza de si se suicidó, según ABC7.
Mientras tanto, los líderes republicanos de la Cámara de Representantes de Idaho calificaron los asesinatos como un "ataque despiadado contra nuestros equipos de Emergencias" y ofrecieron sus condolencias a las víctimas y sus familias.
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