Conozca las razones para tenerlo lejos de casa,Adriana Ponce / Revista Rumbos Mucho se habla de él, pero la mayoría no sabe lo que es. Y vaya que todos deberíamos saberlo por nuestra salud y para librarnos de funestas consecuencias. Ahí vamos, el gluten es un conjunto de proteínas de bajo valor nutricional y biológico, un aglutinador, funciona como elemento estructurador. En latín significa pegamento, es como el cemento que une diversos ingredientes, lo que da elasticidad a las masas. PUEDES LEER: Palmito mágico ¿Dónde lo encontramos? Pues en la harina de los cereales de secano, trigo, cebada, avena de centeno y cualquiera de sus variedades e híbridos tales como espelta, escanda, kamut y triacale. Sin embargo, no es indispensable para el ser humano por su baja calidad nutritiva, por lo que puede ser remplazado con alimentos ricos en aminoácidos. ¿En qué nos afecta el gluten? puede resultar sumamente tóxico y hasta mortal, ya que aumenta la permeabilidad intestinal y desarrollar enfermedades autoinmunes como el cáncer, infecciones y alergias, lupus, Hashimoto y colitis, entre otros. Además, retarda los procesos digestivos y la correcta absorción de nutrientes conllevando a una carencia nutricional. Otros daños colaterales son dificultad para concentrarse, pérdida de equilibrio, trastornos visuales, confusión mental, temblores y dificultad de juzgar distancias. Por ello, los pacientes con enfermedades mentales tienen una dieta libre de gluten. Esto es independientemente de la predisposición genética de los celiacos (personas intolerantes al gluten) y los no celiacos. El daño que produce el gluten es acumulativo y quizás hoy no se vea, pero algún día, con seguridad, tendrás alguno de los síntomas. ¿Cuáles son? Hay más de 300 como distensión y dolor abdominal recurrente, hinchazón de estómago, diarrea crónica, estreñimiento, vómitos, trastornos hepáticos y del tracto biliar, pérdida de peso, anemia, fatiga, letargo, retraso en el crecimiento de los niños, entumecimiento de piernas, llagas en la boca, diabetes, problemas de tiroides y erupciones cutáneas. Asimismo, decoloración de dientes, infertilidad, aborto involuntario, osteoporosis, dolor de cabeza, neuropatía periférica y trastornos psiquiátricos. Y aunque hayamos crecido consumiendo alimentos con gluten durante nuestras vidas… ¿cómo saber si con su ausencia nos sentiríamos mejor? te invito a probar una dieta libre de gluten durante dos semanas para que puedas probar la diferencia. Ingredientes: 1/2 taza de quinua cruda, enjuagada y escurrida 2 tazas de tomates cherry, cortados a la mitad 2 cucharadas de aceite de oliva virgen extra 2 cebollas picadas 3 dientes de ajo picados ¼ de taza de hojas de albahaca en rodajas finas 1 taza de queso rallado fresco mozzarella 2 tazas de queso mozzarella fresco cortado en rodajas 2 tomates grandes en rodajas ¼ de taza de vinagre balsámico Sal Pimienta molida Preparación: 1 Precaliente el horno a 200 grados. 2 En una olla pon la quinua y 2 tazas y media de agua en ebullición. Baja el nivel a fuego lento y cocina 15 minutos hasta que el agua se absorba y el grano esté al dente. 3 Deja reposar la quinua cubierta durante unos 10 minutos. 4 Mientras la quinua se cocina, coloca los tomates cherry en una bandeja para hornear sobre papel de aluminio. Rocía con 1 cucharada de aceite de oliva y sazona con sal y pimienta molida fresca. Ásalos en el horno durante 10 minutos hasta que estén tiernos y las pieles hayan empezado a estallar. 5 Calienta 1 cucharada de aceite de oliva en una sartén mediana a fuego medio. Cuando esté caliente, agrega las cebolletas picadas y el ajo. Cocina durante 2-3 minutos hasta que estén translúcidas y el ajo esté fragante. 6 En un bol grande combina la quinua, los tomates asados, las cebolletas, el ajo, y la albahaca. Agrega la mozzarella rallada y sazona con sal y pimienta al gusto. 7 Coloca la mezcla de la quinua en un recipiente grande para el horno y nivela la mezcla de manera uniforme. 8 Comenzando por el centro, superpon rodajas de tomates y mozzarella en un pequeño círculo. Haz un segundo círculo de tomates y mozzarella cubriendo el resto de superficie. Si fuera necesario haz un tercer círculo, va a depender del tamaño de las rodajas de queso y tomate. 9 Cubre la sartén con papel de aluminio y hornea durante 10 minutos. 10 Retira la lámina y hornea por 20 minutos hasta que el queso burbujee y se dore. 11 Mientras se hornea coloca el vinagre balsámico en una cacerola y lleva a ebullición durante 3 minutos hasta que el vinagre se vuelva meloso. Saca del fuego y retíralo. 12 Espolvorea la sartén con albahaca recién cortada y llovizna con la reducción balsámica. 13 Sirve inmediatamente. Ummmmmm!