Esta es la historia de una cafetería tacneña que nació como un sano capricho. ,Le encantaba el café, pero no había donde tomar uno bueno. Recorrió las más de doce cafeterías de la ciudad, pero todas ofrecían lo mismo de siempre: americano, expreso y cortado y, cómo no, una cara de fastidio olímpica por pedir solo una tacita de café. PUEDES VER: Sopa seca: ¿chinchana o cañetana? Ese es el dilema Quería un lugar tranquilo, donde pudiera revisar su correo, desconectarse un rato, escuchar buena música y sentirse relajado. Pero nada, no había. Entonces decidió montar él mismo ese espacio. Es así que tomando como referencia la cadena Starbucks, diseñó y ejecutó su capricho para luego bautizarlo como se debe. Le puso Tunkimayo en honor a un pueblo de su natal Puno. De allí precisamente se exporta esa delicia de café que está volviendo adictos a miles de peruanos y que ahora los tacneños disfrutan conectados a Internet, escuchando bossa nova, tomándose selfis y comiendo crepés. Mario Maquera reconoce que fue un capricho, que Tunkimayo nació para darse el gusto. Sin embargo, parece que eran varios Maqueras los que esperaban un local como el que hace solo unos meses inauguró este hijo pródigo de Puno y al que la gente ya comienza a llamar 'el Gastón puneño', porque todo lo que abre funciona y se llena. “Teníamos el espacio libre y se supone que ahí abriríamos un bar porque teníamos el restaurante de Leguía al costado, pero descubrí una oportunidad de negocio en el tema del café y decidí ponerle el alma al proyecto. Lo que se encuentra en Tunkimayo es calidad, calidad por donde se le mire. Ese es nuestro valor agregado. No sólo un rico café o sabrosos crepés, sino también una atención personalizada, amable, de primera”, cuenta Maquera. Profesionales, funcionarios de municipalidades y del gobierno regional, periodistas, gerentes, grupos de amiga y parejas, son los principales clientes que tiene este sabroso punto que ofrece hasta ocho variedades de café. Además, tiene en carta crepés dulces, salados y hasta ácidos, pasando por los espectaculares crepés de ají de gallina. Tunkimayo viene creciendo tanto que se piensa en abrir un segundo local en pleno centro de la ciudad. Se espera que el nuevo local pueda estar inaugurándose antes de fin de año. ¡Santé!