Con la excitación todavía a flor de piel luego de su exitoso concierto en Buenos Aires, la banda de los sonidos del sistema presenta su último disco, Millonarios del alma, con una idea clarísima: la música no te da dinero pero sí una gran fortuna., La tarde del 20 de junio de este año, un sentimiento de patriotismo, mezcla de orgullo y nervios, embargó a los miembros de La Mente mientras entraban al patio del Centro Cultural La Recoleta de Buenos Aires, donde se desarrollaba el Festival Ciudad Emergente. Dos días antes, el cónsul peruano en la ciudad los había recibido en su oficina y, con un tono solemne pero muy sincero, les dijo que ellos estaban allí representando al país. El sábado 20, día central del festival, llegaron al centro cultural justo cuando estaba tocando la otra banda peruana invitada, Kanaku & El Tigre. Y, entonces, ver a los amigos arriba en el escenario y abajo, a un público 90% argentino, ajeno, que seguramente no los conocía de nada, hizo que las palabras del cónsul adquirieran una dimensión especial. En efecto, La Mente estaba allí representando al Perú. El concierto resultó un éxito. A lo largo de 35 minutos, la banda liderada por Ricardo Wiese y Nicolás Duarte interpretó una colección de siete canciones que recogían lo más representativo de sus cuatro discos, incluyendo al que acababan de terminar. Los peruanos que se hallaban presentes corearon los temas y terminaron contagiando la efervescencia a los porteños. Aunque habían conseguido los pasajes gracias a un auspicio y no recibieron un bolo por tocar en el festival, los músicos de La Mente disfrutaron mucho el viaje. Los recorridos por la ciudad, las tocadas de otras bandas, su propio concierto, la experiencia de viajar juntos... El trip por Buenos Aires dejó en claro que, con frecuencia, la música no te da beneficios económicos pero te da otras cosas. Más valiosas, más importantes. Y esa es una de las ideas principales que rondan las 12 canciones de su último disco: Millonarios del alma. Fusión tropical Cuando crearon La Mente, en 2006, Duarte y Wiese estaban encantados con la cumbia, sobre todo la amazónica. Sonidos del Sistema: Electropical está influenciado por el ritmo de maestros como Los Destellos y Los Mirlos, pasados por el tamiz del reggae, el dub y el ska. En sus siguientes producciones, Para los muertos y los vivientes (2009) y Música (2012) exploraron otras latitudes sonoras con mayor libertad, gracias a la incorporación de una banda con todas las de la ley –Rafael Otero en la guitarra, Telmo Jáuregui en el bajo, Henry Uentuen en el teclado y Juan Carlos Polo en la batería–, pero sin perder su identidad musical, ese sound system que es su sello en la escena local. Millonarios del alma es el álbum en el que los exploradores se han lanzado con mayor atrevimiento fuera de casa. Una canción como la que da título al disco, por ejemplo, con una intro electrónica de atmósfera casi eclesial, a la que ellos llaman su "balada", podría provocar cejas enarcadas en los fanáticos más ortodoxos. O como la última, "Comer", muy experimental, que se compuso en las últimas horas de grabación en el estudio y que, según explica Wiese, marca uno de los senderos que la banda podría transitar en el futuro. –Hay gente que me ha dicho "oye, esta canción no parece de La Mente", y otros que "esta canción no parece de La Mente pero es completamente La Mente". –Hay gente que se ha quedado con el primer disco –interviene Duarte–. Pero el otro día que conversábamos con Miki Gonzales, nos decía "puta, qué bien que se hayan destropicalizado porque ahora todo el mundo quiere ser tropical". El próximo año, La Mente cumplirá una década de existencia y ya comenzó a hacer planes para la celebración. Lo primero será grabar un disco en vivo, quizás hacia junio, para cuando las canciones del Millonarios... ya estén "maduras" en concierto. Otro proyecto es sacar un disco de lados B y rarezas. Y, por último, seguir saliendo a tocar fuera. Esa es la meta principal: llegar a más gente con su música. "Estamos tan misios que la única oportunidad que tenemos de viajar es salir a tocar", dice Wiese y, entre risas, Duarte le da la razón. De ese tipo de cosas cantan en Millonarios del alma. De cosas simples como conseguir "un buen corazón que brinque sencillo, aunque no haya un sol en el bolsillo".