Los celulares Android y iPhoen que se venden actualmente se caracterizan por tener potentes baterías que ofrecen, como máximo, un día de autonomía, aunque hay unos cuantos modelos nos permiten usarlo hasta 48 horas sin cargarlo. Sin embargo, hace algunos años, las personas no tenían que cargar su celular diariamente, ya que con una carga era suficiente para emplearlo por una semana o más.
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En la década de los 90, antes de la llegada de los Android y iPhone, las compañías tecnológicas que dominaban la telefonía móvil eran Motorola, Nokia, Alcatel, entre otras. Si tuviste alguno de estos celulares clásicos, seguro recuerdas que podías realizar llamadas a tus amigos, enviarles mensajes de texto, entre otras acciones, sin que la batería se agote rápido, como suele ocurrir en la actualidad.
Muchos pensarían que las baterías antiguas estaban hechas con mejores materiales; sin embargo, eso no es cierto. Actualmente, los smartphones usan baterías de iones de litio, mucho más avanzadas y superiores a las antiguas que estaban fabricadas con níquel y cadmio que, a duras penas, tenían una capacidad de 1200 mAh, comparadas con los 4000 a 6000 mAh de las actuales
¿Entonces por qué duraban más? La respuesta es bastante sencilla. No es que las baterías antiguas sean mejores que las actuales, si no que los teléfonos clásicos no tenían las funciones de los smartphones y no los usábamos tan seguido. Solo los agarrábamos cuando queríamos hacer algo en específico como llamar a alguien, enviar un SMS, jugar 'Snake', agregar un contacto, prender la linterna, etc.
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Además, muchas personas no cargaban su teléfono, ya que tenían varias baterías de respuesto. En aquel entonces, muchas personas compraban baterías (que no eran muy grandes y costosas) y procedían a cargarlas. Cuando notaban que la energía de su móvil estaba cerca de agotarse, solo la reemplazaban por una totalmente cargada, evitando así tener que esperar horas a que se cargue.
Pese a tener más capacidad, las baterías de los smartphones duran menos tiempo, debido a que estos dispositivos cumplen prácticamente las mismas funciones que una computadora. Aunque sirven para llamar y enviar mensajes, muchos los utilizan para ver videos en alta resolución, jugar videojuegos en línea, navegar por páginas web, revisar sus redes sociales, entre otras actividades.
El consumo de energía también es mayor en los smartphones. Si tuviste un celular clásico, recordarás su pequeña pantalla en blanco y negro, totalmente diferente a las enormes pantallas (LCD u OLED) que tienen los smartphones modernos, las cuáles consumen más batería, debido al brillo, los colores y a la resolución mucho más alta que manejan.
En conclusión, no es que los celulares antiguos tuvieran mejores baterías, si no que el gasto de energía era mucho menor. Si colocáramos una de estas baterías en un smartphone, se descargaría en poco tiempo, ya que los componentes modernos, como las pantallas de alta resolución, los procesadores avanzados y las conexiones constantes a redes móviles y Wi-Fi, requieren mucha más energía.