Durante años, Nokia se destacó como uno de los gigantes en el mundo de la tecnología. Sus dispositivos móviles eran sinónimo de durabilidad y confiabilidad. Sin embargo, en los últimos años, la marca ha experimentado un declive que la ha llevado a ser casi irrelevante en el mercado de los smartphones. En ese sentido, muchos usuarios y cibernautas se preguntan por qué la compañía pasó de días de gloria a una eventual caída.
El ascenso de Nokia no fue casual. La compañía finlandesa supo aprovechar las oportunidades del mercado móvil en sus primeras etapas. Su habilidad para innovar y lanzar productos que capturaban la imaginación del público fue clave para su éxito. Sin embargo, a medida que la tecnología y las demandas de los consumidores cambiaban, Nokia no pudo adaptarse con la misma eficacia. En las siguientes líneas, repasaremos la historia de Nokia, la marca que en algún momento fue un gigante de la tecnología.
Nokia, fundada en 1865, originalmente se dedicaba a la fabricación de papel. Fue en los años 90 cuando la compañía dio un giro hacia las telecomunicaciones, un cambio que definiría su futuro. La serie de teléfonos móviles Nokia 1100, lanzada en el año 2003, se convirtió en el dispositivo más vendido de todos los tiempos. Con características como la linterna integrada y la batería de larga duración, se ganó un lugar en millones de hogares alrededor del mundo.
El dominio de la marca en el mercado de los smartphones fue evidente con la popularidad de modelos como el Nokia 3310 y la serie N. Estos teléfonos no solo eran robustos y fiables, sino que también introdujeron innovaciones como la cámara de alta calidad y la conectividad a internet. Rápidamente, Nokia se convirtió en un símbolo y su tono de llamada icónico era reconocido de forma instantánea.
A finales de la década de 2000, Nokia continuaba en el liderazgo, con una cuota significativa de ventas globales de smartphones. Sin embargo, los cambios no tardaron en llegar con Steve Jobs y su iPhone en el 2007; además de la expansión de los dispositivos Android. Había iniciado la mejor etapa de los teléfonos inteligentes, y Nokia estaba en una encrucijada crítica.
La respuesta a la caída de Nokia radica en su incapacidad para adaptarse rápidamente a la revolución de los smartphones. Mientras Apple y Samsung innovaban con pantallas táctiles y sistemas operativos avanzados, Nokia persistía con su sistema operativo Symbian, que no pudo competir con la fluidez y la funcionalidad de iOS y Android. La decisión de no adoptar Android desde el principio resultó ser un error estratégico crucial.
En 2011, Nokia intentó cambiar su rumbo aliándose con Microsoft para utilizar el sistema operativo Windows Phone. A pesar de algunos lanzamientos prometedores, como la serie Lumia, el sistema operativo nunca alcanzó la popularidad esperada. Los desarrolladores de aplicaciones se mostraron reacios a invertir en una plataforma con una base de usuarios relativamente pequeña, lo que a su vez desalentó a los consumidores.
En 2013, Nokia vendió su división de teléfonos móviles a Microsoft, lo cual marcó el final de una era. Sin embargo, esta adquisición no revitalizó la marca como se esperaba. En 2016, Microsoft abandonó el negocio de los teléfonos y vendió los derechos de la marca Nokia a HMD Global, una empresa finlandesa que intentó resucitar la marca con modelos basados en Android. Hace unos meses, HMD Global realizó un ‘cambio estratégico’ que consistía en reemplazar el nombre de Nokia por HMD. Debido a que la compañía reveló que llevar el nombre del gigante les estaba afectando de forma negativa, dado que muchos usuarios no quedaban del todo conformes con sus productos.