En la actualidad, mandar una fotografía, video o canción de un smartphone a otro es algo bastante sencillo, ya que tienes muchas herramientas como WhatsApp, Facebook Messenger, Google Drive, entre otras. Sin embargo, hubo un tiempo en que enviar este tipo de archivos era algo muy complicado y tardaba mucho.
Quizás no lo recuerdas, pero, antes de la llegada de los teléfonos inteligentes, los celulares básicos tenían un sensor que permitía intercambiar archivos con tus amigos. Estamos hablando del infrarrojo, el cual era muy popular; sin embargo, terminó desapareciendo con los años.
Para que este intercambio funcione, ambos celulares debían tener un sensor infrarrojo, el cual estaba desactivado y tenías que habilitarlo de forma manual. Una vez que elegías el archivo que querías pasar, tenías que mantener ambos teléfonos juntos para evitar que se pierda la conexión.
El tiempo que demoraba en pasar la foto, video o canción dependía del tamaño del archivo; sin embargo, no importaba que tan pequeño sea, pues siempre tardaba demasiado. En muchas ocasiones, la transferencia se cortaba, lo que obligaba a esperar el doble de tiempo.
Con la llegada del bluetooth, los usuarios ya podían transferir archivos de forma más rápida y sin tener que dejar los celulares juntos. Debido a que se había vuelto obsoleto, las principales marcas dejaron de incluir el sensor infrarrojo en sus dispositivos.
Los teléfonos desarrollados por Apple no cuentan con el sensor infrarrojo; sin embargo, algunos dispositivos Android (como los de Xiaomi) todavía los traen. Esto debido a que pueden utilizarse para transformar tu celular en un control remoto para tu televisión.