Si eres dueño de una laptop o una PC con la que sueles hacer diversas actividades además de trabajar, seguramente habrás notado la diferencia entre la lentitud de esta cuando recién instalas Windows y cuando le vas instalando más aplicaciones. ¿A qué se debe y cómo puedo contrarrestar este efecto?
Pues bien, tus sospechas son correctas. Tu computadora con Windows sí se pone más lenta con el paso del tiempo y sí tiene que ver con el hecho de que vayas instalando más programas. La razón de esto tiene mucho que ver con la unidad de almacenamiento que utilices y la memoria RAM.
Ya sea un disco duro o una unidad SSD, debes recordar que todo lo que instales en tu computadora ocupa espacio, tal como sucede con los archivos. Cuando tu PC es nueva –o apenas la formateaste para instalar Windows de nuevo–, por lo general, la performance es óptima. Toda ventana aparece rápido, las aplicaciones no tardan en iniciarse, y la razón es porque justamente no hay casi ninguna.
Es cuando el disco duro se empieza a llenar de aplicaciones que la velocidad empieza a mermarse. Por lo general, algunos programas ocupan bastante espacio en el disco, lo que significa mayor fragmentación, por lo que el sistema operativo debe operar más para encontrar todo tipo de archivo o documento.
Además, algunos de estos programas instalan funciones o comandos que pueden ejecutarse en segundo plano y hacer trabajar a la memoria RAM (lo que afectará directamente a la velocidad de la máquina) sobre todo si requieren algún tipo de comprobación para actualizarse.
Si es inevitable que la computadora se haga más lenta con instalar aplicaciones, entonces ¿la solución es dejar de instalarlas?, en parte sí, pero lo cierto es que Windows y casi todo sistema operativo requiere de apps third-party para alcanzar su potencial para casi todo tipo de tarea.
Ahora, no todos los programas son iguales, hay algunos que están mejor optimizados que otros, otros menos pesados o más problemáticos, pero en la práctica, lo único que podemos hacer para evitar el deterioro de la rapidez en el sistema es solo mantener instaladas las que realmente necesitemos y usemos.
Tener muchas apps que solo usamos en una ocasión y mantenerlas por siempre ocupando espacio en nuestro sistema se considera una mala práctica. La solución, por lo tanto, es siempre ser un usuario informado, conocer el tipo de aplicaciones que necesitamos y animarse a probar alternativas menos pesadas, además de tener siempre nuestro software actualizado.