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Sociedad

Policía que asesinó a familia en Ica confiesa: "Me estaban siguiendo para matarme"

Suboficial PNP Salomón Quispe Mamani dijo que pareja de esposos y su hijo asesinados en un ómnibus eran extorsionadores y sicarios y que lo estaban siguiendo para eliminarlo.

Familia abordaba un bus con dirección a Cusco. Foto: composición LR/PNP

“Son extorsionadores y sicarios del grupo ‘Ganda’. Me estaban haciendo un seguimiento, iban a la comisaría y me decían, te vamos a matar. Estoy conmovido por lo que pasó”. Estas fueron las primeras palabras de Salomón Quispe Mamani (25), el suboficial de tercera PNP, que el lunes 5 de agosto abatió a tres miembros de una familia dentro de un ómnibus que se dirigía de Lima a Cusco, en uno de los crímenes que más ha sacudido a la región Ica en los últimos años.

Con total tranquilidad y casi de manera inexpresiva, Salomón narró algunos detalles que enmarcaron la escena que ocurrió en el bus de la empresa Paredes Estrella, a la altura del kilómetro 185 de la Panamericana Sur, en la localidad de Chincha.

Vilma Cárdenas Liendo (47), de nacionalidad venezolana; su esposo Rafael Bautista Piña (42), natural de República Dominicana; y Tony Piña Cárdenas (18), hijo de ambos, también de origen venezolano, murieron en el segundo piso del vehículo, ante el terror de los pasajeros.

Solo una niña de 4 años, hija menor de la pareja, sobrevivió al ataque. Ella se encuentra en un centro de protección familiar en la ciudad de Ica.

En un video al que tuvo acceso La República se ve a la familia de extranjeros cuando aborda el bus en el jirón Francisco Javier Luna Pizarro N. º 230, Lima, y son despedidos por sus seres queridos. Las imágenes también captaron al policía. Este llevaba una pistola Glock.

La impresión por el trágico episodio que el suboficial Quispe Mamani estaba viviendo tras ser detenido no parecía hacerle mella. En esa entrevista preliminar que le hicieron los agentes adscritos al Frente Policial Ica, medía con cautela cada declaración y se cuidaba de reiterar constantemente que estaba colaborando con la justicia.

Y aunque decía estar “muy afectado”, su lenguaje corporal simplemente no comunicaba ninguna sensación de dolor.

Hoy se reveló que el suboficial, que estaba asignado a la División Policial Este 1, venía recibiendo tratamiento psicológico e incluso estaba a punto de ser dado de baja. A comienzo de año, hizo abandono de destino y estuvo 5 días “desaparecido”.

A pesar de demostrar su sanguinario talante en cada detalle que compuso los hechos, aún hay interrogantes sin resolver del comportamiento del homicida. Por ejemplo, dijo que era amenazado, pero no llevaba celular. Además, ¿si era amenazado en una dependencia, por qué no intervinieron a los autores?