La trata de personas es considerada en el país la segunda economía criminal —después que la minería ilegal y antes que el narcotráfico— que más dinero mueve anualmente. Recientes estudios calculan que llegaría a US$1.300 millones, con tendencia a crecer. Según lo establece la ley, cada 23 de septiembre, consagrado como el Día Nacional contra la Trata de Personas, el Gobierno debe informar sobre los avances que ha alcanzado para prevenir y sancionar uno de los delitos más perversos contra la dignidad humana. Se cumplirán 6 años seguidos que no se acata la disposición.
De los US$1.300 millones que mueven al año, los perpetradores ganan US$700 millones por actividades vinculadas con la explotación sexual y US$600 millones por actividades que implican explotación laboral.
No es la única mala noticia. Mientras los cabecillas de las organizaciones criminales engordan cada año sus cuentas bancarias con el producto ilícito de la trata de personas, el Estado peruano invierte cada vez menos para identificarlos, detenerlos y encarcelarlos.
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De acuerdo con cifras del estudio ‘Las economías criminales y su impacto en el Perú’, de CHS Alternativo, las organizaciones criminales de la trata de personas obtienen al año por cada víctima una ganancia promedio de S/28.875. En contraste, el Estado ha reducido el presupuesto que destina para combatir a estas agrupaciones.
Indiferencia. La ley que consagró el 23 de septiembre como el Día Nacional contra la Trata de Personas obliga al Gobierno a informar los avances, pero no se cumple desde hace seis años. Foto: difusión
En efecto, en 2014 el monto de los fondos públicos para reprimir dicho delito llegó a S/14.1 millones; en 2017 cayó a S/11 millones; en 2019 siguió disminuyendo hasta S/7.7 millones; y para 2022 se derrumbó en S/5.2 millones.
En términos prácticos, el Ejecutivo invirtió en 2015 un equivalente de S/0.43 por ciudadano en la lucha contra la trata de personas; monto que se encogió en 2022 a la cifra de S/0.15.
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De modo que no se trata solo del incumplimiento de la obligación de rendir cuentas. Tampoco hay interés por mejorar los recursos contra este delito que afecta especialmente a niños y niñas.
“La última rendición de cuentas sobre la trata de personas la hicieron el primer ministro Fernando Zavala y su ministro del Interior, Carlos Basombrío, en 2017. Desde entonces han pasado cinco presidentes, 14 primeros presidentes del Consejo de Ministros, 20 ministros del Interior, 11 presidentes del Congreso, y en ningún momento se ha vuelto a presentar una rendición de cuentas”, señaló el director de Programas y Proyectos de CHS Alternativo, Luis Enrique Aguilar.
Perfil. El 85% de las víctimas de la trata son mujeres. Foto: difusión
“No es que sea una solicitud de la sociedad civil, o de un actor internacional, o una recomendación por parte del sistema de las Naciones Unidas. Estamos hablando de la ley 29918, que estableció la obligación de que el presidente del Consejo de Ministros y el ministro del Interior acudan ante el Congreso a dar cuenta de cuáles son los avances que el Estado ha tenido en materia de lucha contra la trata de personas”, añadió Aguilar.
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Según el Observatorio del Ministerio del Interior, en 2020 fueron reportadas 372 víctimas de trata de personas; en 2021 alcanzó a 535; y en 2022 subió a 631 víctimas. Sin embargo, solo son los casos denunciados, por lo general, los afectados temen recurrir a las autoridades.
Alrededor del 85% de las víctimas son mujeres. Y el 30,6% son menores de entre 12 y 17 años de edad.
Sin adecuado presupuesto, será muy difícil revertir estas cifras sobre el avance del delito de trata de personas en el país.
Edad. El 30,6% de afectados tiene entre 12 y 17 años de edad. Foto: difusión
“Para 2015 había S/14 millones para luchar contra la trata de personas. Pero para 2022, ese presupuesto se ha reducido a S/4 millones de soles. Las recientes investigaciones académicas y periodísticas demuestran que estamos en un escenario donde la trata de personas ha tomado una fuerza que antes no tenía”, explicó Luis Enrique Aguilar.
“Si sumamos la precariedad del presupuesto con una realidad que está tomando ribetes cada vez más complejos, probablemente en algunos años la trata de personas será una de las actividades más frecuentes, si es que ya no lo es”, resaltó el experto.