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Sociedad

Cinco muertos y la dura lección que dejan los incendios en la sierra peruana

El fuego se extinguió en Apurímac, pero se activaron dos incendios más, en Machupicchu y en Tuti, valle del Colca. La causa está ligada a las malas prácticas, la de quemar pastos secos para abonar la tierra.

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El fuego comenzó en la zona de amortiguamiento del Santuario de Machupicchu. Foto: La República

El sur andino del Perú está golpeado con los incendios forestales. El fuego fue controlado en el distrito de Ihuayllo, provincia de Aymaraes, región Apurímac ayer en la tarde. Sin embargo, casi en simultáneo, se abrió un nuevo frente: comenzaron a arder los bosques de la denominada zona de amortiguamiento del Santuario de Machupicchu (Cusco).

Una humareda dio aviso a la población del siniestro. Hasta el cierre de esta edición, un grupo de bomberos forestales de Consettur, empresa que traslada a los turistas a la ciudadela inca, brigadas de Cultura y Sernanp trabajaban a fondo en el control de las llamas. Eran sesenta efectivos. Según imágenes de un video, las lenguas de fuego avanzaron en forma voraz por la sequedad de los arbustos. Pudo controlarse en la tarde, pero nuevamente el fuego se avivó devorando, incluso las áreas verdes.

Eso alertó nuevamente a los pobladores de Collpani. Hasta el momento, se calcula la quema de aproximadamente 20 hectáreas. El incendio afectó desde Collpani hasta Santa Teresa, ha llegado a los límites de Mollepata - Anta. Por el momento no se ha comprometido ninguna zona arqueológica de Machupicchu.

El saldo con cinco muertes

En Ihuayllo, el fuego consumió dos cerros de esa jurisdicción. Se han contabilizado cinco muertes. Merlina Salinas Ccapacca es una de ellas. Se trata de una joven de 27 años que trabajaba en la municipalidad distrital y que se habría ofrecido como voluntaria para apagar el fuego junto al alcalde, este apenas pudo huir. A Salinas la rescataron con vida, murió en el hospital de Abancay, tenía quemaduras de hasta 70% en el cuerpo.

El personal de rescate encontró los cuerpos de los dos fallecidos Juan Romero Ayquipa (22) y Daniel Ccoicca Benítez (63). El Ministerio de Salud hizo un puente aéreo para llevar a tres pacientes a Lima. Culminada la faena, las autoridades dejaron dos mensajes a la población. Que ellos no están capacitados para apagar los incendios, ese desafío le compete atender al personal especializado, a los bomberos. Si ellos no hubiesen acudido a apagar el fuego probablemente no se estaría contando esa cifra elevada de muertes. Lo segundo: que se debe desterrar las prácticas ancestrales. No más las quemas para eliminar la mala hierba y rastrojos, material que sirve para alimentar el suelo. Otros sostienen que los agricultores prenden fogatas para llamar la lluvia. "Señores esa es una práctica errada, en lugar de atraer las lluvias, estamos provocando el calentamiento de la tierra", les dijo un representante de Defensa Civil.

La congresista Elizabeth Taype, pidió al Gobierno Regional de Apurímac capacitar a los pobladores de zonas rurales para evitar los incendios. Sostuvo que esta institución dispone de presupuesto y debe incidir en ello para evitar estas desgracias.