Durante la Marcha Nacional contra Pedro Castillo, la Policía Nacional hizo uso de bombas lacrimógenas para dispersar a los protestantes que exigen la vacancia de Pedro Castillo. La movilización, que inicialmente era pacífica, se tornó violenta. Los manifestantes atacaron con botellas y objetos a la Policía Montada y provocaron la caída de uno de los caballos.
El enfrentamiento se dio en la avenida Abancay, a la altura del Centro Comercial El Hueco. Luego de este primer ataque policial, surgieron otros. Varios manifestantes fueron alcanzados por los gases lacrimógenos, lo que generó que no pudieran respirar. Estos fueron atendidos con agua y vinagre para atenuar los efectos de ardor y picazón.