Los acrocordones son pequeños tumores benignos (no cancerosos) que aparecen, por lo general, en el cuello, las axilas o la ingle, informa el Instituto Nacional del Cáncer de los Estados Unidos. Aunque son inofensivos, los denominados lunares de carne tienden a ser poco estéticos, por lo que muchos deciden eliminarlos.
De acuerdo con el Manual MSD, estos se pueden quitar de forma sencilla, aunque ello se debe realizar bajo la supervisión de una especialista. Además, en ocasiones, sobre todo cuando se registran múltiples acrocordones, los médicos sugieren realizar pruebas para la diabetes.
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En diálogo con La República, la médico dermatóloga Laura Odicio Pérez señaló que no hay una causa precisa que origine la presencia de estos fibromas blandos en la piel. Sin embargo, puntualizó que existen ciertos factores de riesgo que influenciarían en la aparición de los lunares de carne.
"Se da sobre todo en personas que están con sobrepeso o que tengan alguna enfermedad metabólica, como por ejemplo la diabetes mellitus. Pero también, y en menor cantidad, se ha visto en personas delgadas, lo cual tiende a ser por un factor genético", aseveró la experta.
Por su parte, el médico endocrinólogo especialista en trastornos hormonales y metabólicos, Andrés Gómez Noronha, declaró a este medio que los fibromas blandos también podrían producirse por la resistencia a la insulina.
Los lunares de carne están asociados a la resistencia a la insulina. Foto: BioChile
"La resistencia a la insulina es un trastorno en el cual, el páncreas produce más insulina de la cuenta ante una sobrerespuesta de la ingesta de carbohidratos diarios. Lo que sucede con la insulina es que se puede usar como un factor de crecimiento. Esto hace, justamente, que a nivel de la piel crezcan estas formaciones con un aspecto verrugoso en el cuello o axilas. Esto está asociado, además, al oscurecimiento de la piel en los plieges, que se llama acantosis nigricans. Ambos van de la mano", manifestó.
Los pequeños tumores benignos también aparecen en personas con obesidad, acotaron los expertos. En el Perú, según cifras de EsSalud, al menos 7 de cada 10 personas mayores de 15 años han sido diagnosticadas con obesidad, lo cual representa un factor de riesgo que influiría en la aparición de los acrocordones.
La doctora Laura Odicio explicó que los fibromas blandos son sencillos, desde el aspecto dermatológico, de desaparecer. Para ello, se emplean diferentes intervenciones dermatológicas.
"Una de ellas es la crioterapia, que consiste en eliminar estos tumores blandos con nitrógeno líquido. Se congelan, se forma una ampolla y luego estas se secan. La otra opción es usar calor. Para esto, se usa la electrocirugía que consiste en cauterizar la lesión con anestesia. O también con láser", indicó Odicio Pérez, quien además hizo énfasis en que el retiro de los acrocordones deben hacerse bajo la supervisión de un especialista para evitar cualquier infección.
Los lunares de carne pueden ser eliminados a través de procedimientos dermatológicos. Foto: La República/archivo
El médico endocrinólogo Andrés Gómez Noronha agregó, por su parte, que los lunares de carne podrían volver a aparecer si el paciente, por ejemplo, no atiende la resistencia a la insulina o el trastorno metabólico. Por ello, recomendó atender ambos aspectos para prevenir la reaparición de los pequeños tumores benignos.
Asimismo, agregó que es clave practicar actividad física de manera regular, tener hábitos de sueños saludables y contar con una adecuada alimentación para prevenir la obesidad, sobrepeso o resistencia a la insulina. "Con eso se hace bastante. Si vemos que pese al cambio de estilo de vida no hay mejoría (de la resistencia a la insulina), se tendría que emplear medicación", concluyó el experto.
De acuerdo con varios especialistas, un lunar de carne pueden ser motivo de preocupación cuando los bordes son irregulares, ya que en esos casos podría tratarse de un melanoma.