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Política

Andrés Hurtado, Chibolín, el amigo de los acusados de lavado de activos

La Fiscalía ha iniciado una investigación contra el presentador de televisión, luego de que fuera señalado de haber presuntamente cobrado un soborno a cambio de interceder ante su amiga, la fiscal Elizabeth Peralta, para que devuelva un cargamento de oro de origen ilícito incautado a los hermanos Miu Lei, primos de los Siucho Neira, amigos íntimos de Chibolín.

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Al centro, "Chibolin". Izquierda, Vaticano y Alberto Venero. Derecha, Walter Ríos, Sada Goray y Zamir Villaverde | Ilustración: Ricardo Cervera.

Andrés Hurtado Grados, Chibolín, es más famoso por lo que protagoniza fuera de los escenarios que por sus actuaciones bajo los reflectores. Así lo acreditó la fiscal superior de lavado de activos Elizabeth Peralta Santur, cuando declaró que sabía que su amigo era un proxeneta. La versión de la presunta actividad clandestina de Chibolín circula con intensidad desde que la prensa le dedicó una atención jamás vista, en comparación con las pequeñas noticias que se publicaban sobre sus presentaciones artísticas.

El martes 25 de enero de 1994, la policía antidrogas detuvo a Andrés Hurtado por sus presuntas vinculaciones con el narcotraficante Demetrio Chávez Peñaherrera, Vaticano. Solo unos días antes, el 12 de enero de 1994, Vaticano había sido apresado en Cali, Colombia, y extraditado al Perú, donde era requerido porque encabezaba la más importante organización del narcotráfico instalada en el Alto Huallaga. El espectacular arresto se produjo a los pocos días de celebrar una fiesta por Año Nuevo a la que asistieron Chibolín en compañía de su esposa, la artista Marilú Montiel, y la presentadora de televisión y modelo en ese momento Susan León.

Cualquiera que se dedica a la lucha contra el lavado de activos debería conocer de este episodio de las detenciones relacionadas con Vaticano, que monopolizó por mucho tiempo la cobertura de la totalidad de los medios de comunicación. Pero la fiscal Peralta manifestó que no lo sabía, pese a que admitió que durante sus relaciones de amistad con Chibolín ambos visitaban sus respectivas viviendas familiares. La decisión de la policía antidrogas de retener a Chibolín, Marilú Montiel y Susan León, junto con otros personajes de la farándula, y de implicar con el narcotraficante a la ex Miss Mundo Lucía Boggiano y al estilista Segundo Gonzales, Chocco, entre otras figuras, tuvo el efecto de un bombazo mediático sin precedentes. Pero de todos los mencionados, parecían más comprometidos Chibolín, Marilú Montiel y Susan León, porque tuvieron un encuentro secreto con Vaticano en Cali. La excusa de los involucrados fue que conocieron a Demetrio Chávez como el colombiano “Camilo Ferrer Picasso”, y, por supuesto, desconocían que era un capo del narcotráfico.

EL AMIGO DE MI AMIGO

En esa época, Chibolín, quien era reconocido por conducir a estrellas de la farándula a fiestas privadas de poderosas autoridades, empresarios y militares, se dijo que llevó a Susan León a Cali porque Vaticano estaba enamorado de ella. Andrés Hurtado lo ha negado, aunque aceptó que era amigo de Demetrio Chávez. En declaraciones al periodista Hugo Coya, para su libro Polvo en el viento: Vaticano, esplendor y miserias de un narcotraficante (2011), Chibolín relató: “Yo quería denunciar al gobierno (de Alberto Fujimori) por el atropello, pero estaba demasiado asustado. Temía que Vladimiro Montesinos nos hiciera algo a mí o a mi familia. Montesinos me odiaba porque yo era amigo de Vaticano”. Montesinos también era amigo de Vaticano.

En una audiencia judicial del 16 de agosto de 1996, Demetrio Chávez reveló que pagaba US$50.000 mensuales al entonces asesor presidencial Montesinos a cambio de que le permitiera exportar cocaína en avionetas hacia Colombia. La relación se rompió cuando el jefe de facto del Servicio de Inteligencia Nacional (SIN) exigió aumentar la suma, a lo que Vaticano se negó. El supuesto miedo que Chibolín le tenía a Montesinos parece que se disipó muy rápido, porque se vinculó con el empresario Alberto Venero Garrido, el testaferro de Vladimiro Montesinos. Venero no solo participó en el millonario desfalco de la Caja de Pensiones Militar Policial sino también en el cobro de coimas en la compra de 36 aviones de guerra MiG-29 y Sukhoi-25 a Bielorrusia por más de US$400 millones, entre 1996 y 1997. Probablemente, el caso de corrupción más grande del régimen de Fujimori y Montesinos. Para entonces, Chibolín era íntimo amigo tanto de Alberto Venero como de su novia por varios años, Susan León.

Es incomprensible que una fiscal especializada en lavado de activos, para justificar su amistad con Chibolín, alegara que desconocía el pasado de este. Por intermediación de Venero, Hurtado invitaba a artistas de la farándula al anteriormente llamado hotel Las Américas, en Miraflores, una de las propiedades de la Caja Militar. En ese recinto se organizaban fiestas íntimas organizadas por los miembros del directorio, con la participación de generales del Ejército, la Fuerza Aérea y la Policía Nacional y almirantes de la Marina, además de empresarios inmobiliarios que eran parte de la trama de corrupción. En ese mismo hotel los traficantes de armas, socios de Montesinos, Moshe Rothschild, Enrique Benavides y Claus Corpancho, celebraban sus reuniones secretas. Estos sujetos, conocidos como ‘Los Gordos’, fueron los que vendieron las aeronaves de combate de Bielorrusia a cambio del pago de sobornos a Montesinos y Venero, amigo de Chibolín. Cuando La República publicó investigaciones sobre los negocios turbios de Montesinos y Venero en la Caja Militar, Chibolín llamó al periodista encargado del caso y le pidió una reunión privada para que cesaran las revelaciones. Por supuesto que la propuesta fue rechazada.

CLIENTES EN LA SOMBRA

Para entonces, era evidente que Andrés Hurtado usaba como pantalla la figura de artista del espectáculo para hacer relaciones públicas a favor de personajes de dudosa reputación. Su estrecha amistad con Susan León, pareja de Alberto Venero durante siete años, le sirvió de mucho. El 13 de enero de 2021, Vaticano salió en libertad luego de 22 años en la cárcel, lo que fue motivo para que declarara a la prensa que no se arrepentía de la amistad con el narcotráfico e incluso adelantó que tenía un proyecto de miniserie de televisión sobre la vida de Demetrio Chávez. A continuación, reflexionó sobre el tema de los amigos en una entrevista al diario Ojo: “Ya no puedo brindarle mi amistad a cualquiera, ahora lo investigo. Lo que diga la gente no me importa, pero sí lo que Dios piense de mí. ¿Tú crees que me va a importar lo que piensen los periodistas? Si fuera así, estaría pobre y muerto”. Por supuesto que no le importó. Durante varios años celebró ceremonias con el expresidente de la Corte Superior del Callao Walter Ríos Montalvo, cabecilla de ‘Los Cuellos Blancos del Puerto’, investigado por organización criminal y lavado de activos. También presentó en ‘Sábados con Andrés’ como “personajes ejemplares” a los empresarios Zamir Villaverde García, el 4 julio de 2021, y Sada Goray Chong, el 9 de octubre del mismo año. Coincidentemente, ambos están involucrados en presuntos pagos de sobornos a funcionarios del gobierno del expresidente Pedro Castillo. Y también enfrentan investigaciones por lavado de activos, un delito con el que siempre aparecen relacionados los amigos de Andrés Hurtado.

“Tú me avisas si alguien del gobierno (de Pedro Castillo) osa retrasar alguna vivienda”, le dijo Chibolín a Goray. Como la propia empresaria lo ha confesado, en esa época luchaba por obtener millonarios proyectos inmobiliarios del programa Mivivienda para su empresa Marka Group, y que se le reconociera como suyo un terreno que pertenecía al Estado. La que entonces era su amiga y brazo derecho, Pilar Tijero Fernández Dávila, le presentó a su primo el periodista Mauricio Fernandini, y éste contactó a Goray con el jefe de asesores del Ministerio de Vivienda, Salatiel Marrufo. La empresaria le pagó un soborno de S/5.4 millones a Marrufo y así obtuvo lo que quería.

Fernandini reveló ante la Fiscalía cómo Sada Goray hizo contacto con Chibolín antes de la entrevista en su programa: “A inicios de septiembre de 2021, mi prima Pilar Tijero me dijo que debía acompañarlos (con Goray) a una cena en el restaurante ‘La Cuadra de Salvador’. Primero llegó Sada Goray y (después) Pilar Tijero, para después llegar yo. Pasamos a un privado del restaurante y cuando estábamos trasladándonos hace contacto conmigo mi amigo Andrés Hurtado. Y Sada Goray me dice: ‘Quiero conocer a Andrés’”. Chibolín logró así lo que al parecer sería Goray, como otros que salieron en ‘Sábados de Andrés’: una nueva clienta en la sombra.