Entrevista Cecilia Blondet Directora de Proética dice que luego de las elecciones hay un periodo de gracia con el ganador, pero si no cambian las cosas, se corroe la democracia. Flor Huilca. ¿Por qué cree que a pesar de haber luchado por recuperar la democracia en el fujimorismo, se mantiene la desconfianza de los peruanos en la democracia? Porque luego de esa gran cruzada los gobiernos sucesivos no les dieron importancia a dos aspectos claves: lucha contra la corrupción y una política social que garantice la redistribución de los beneficios del crecimiento, mejorando la calidad de la salud, de la educación, de la justicia y de la seguridad ciudadana. Existe una estrecha asociación entre corrupción, calidad de los servicios públicos y calidad de la democracia. La democracia pierde fuerza cuando los políticos y los funcionarios usan su poder para sus propios intereses. Los partidos políticos tampoco tienen la confianza de la población. ¿A qué se debe? Son tremendamente irresponsables. Perdieron legitimidad hace mucho tiempo y han hecho poco por recuperarla. La mejor expresión de ello es el Congreso: la labor en los dos últimos Parlamentos deja mucho que desear por la mediocridad de sus acciones de fiscalización y legislativas, el elevado nivel de corrupción y, sobre todo, el aprovechamiento que han demostrado muchos de los parlamentarios. ¿Y los partidos políticos? Bien gracias. No se hicieron responsables de estas fechorías. Ahora mismo vemos el nivel de frivolidad con que han formado las listas parlamentarias. Los partidos no invierten en la política. Solo quieren lucrar y vivir de ella y, de ser posible, de su paso por el Estado. ¿Esa desconfianza puede restarle legitimidad al partido que gane las elecciones? ¿Puede generar inestabilidad? El partido que gana siempre tiene un periodo de gracia al inicio. La gente se entusiasma, hay una suerte de esperanza de que las cosas pueden cambiar. La pena es que esa esperanza dura poco y se reedita el pernicioso fatalismo de que nada va a cambiar. Esto corroe la noción de ciudadanía y compromete la calidad de la democracia. ¿Qué cambios deberían hacer los partidos políticos para revertir la imagen que tienen? Institucionalizarse de verdad y modernizarse, dejar de ser el partido privado de unos cuantitos; ser democráticos internamente, escuchar la opinión de sus militantes, convocar a elecciones internas, promover la capacitación de sus cuadros en el funcionamiento del Estado, en la transparencia y la rendición de cuentas, etc. Y por el lado de la política, deben trabajar en la propuesta de país que quieren construir y dirigir. “Lucha contra la corrupción es un tema prioritario” ¿Cuál debería ser la agenda prioritaria del próximo presidente en la lucha contra la corrupción? Una política anticorrupción y una estrategia múltiple y simultánea. Que parta de la reforma del Estado para mejorar la gestión y reducir los riesgos de corrupción, sobre todo en las adquisiciones y contrataciones. Si el nuevo gobierno comienza por ahí, la ciudadanía lo va a seguir y recuperará la confianza, si miente la situación se va a complicar. ¿Qué otros temas deben ser atendidos con urgencia? Tenemos que invertir en mejorar la calidad de la Educación y de la Salud, eso es fundamental; también trabajar en la reforma del Poder Judicial y seguridad, que va desde el narcotráfico, el lavado de activos a la simple inseguridad ciudadana que tiene que ver con la falta de oportunidades para los más pobres del país.