El testigo clave en el caso del Gasolinazo en el Pentagonito, Marco Auccatoma, habló con ‘Panorama’ sobre el sistemático robo de combustible que tuvo lugar en este cuartel. De acuerdo a la información brindada, indicó que entre los clientes habituales de la gasolina robada se encontraban cerca de 30 oficiales y suboficiales, quienes incluso llegaban a pedir 'yapa' de lo robado, teniendo pleno conocimiento que era combustible que le pertenecía al Ejército.
“Un cariño para tu suboficial, pues, un galoncito, mínimo, ¿no? Mínimo para tu suboficial, pues ¿sí o no? Oye, mínimo para tu suboficial, un galoncito, me darás, pues, mínimo. El cariño de soldado, ya. Para que cambies, tratarte con respeto. Ahora, mínimo, un cariño para tu suboficial, ¿sí o no?”, se escucha en los audios.
Uno de estos compradores le llega a explicar a Marco Auccatoma cómo podría dar 'yapa' sin que su comandante Jimmy Grandez Sánchez se enterase, la solución era informar que el combustible se había secado: “Eso se secó, nada más. Oye, yo he sido plantón (ayudante de comandantes), también. Yo he sido pendejo, por eso me han hecho ingresar a la Escuela de Suboficiales, porque era rata”.
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Auccatoma Felices ha informado al Ministerio Público que fue paseado por las instituciones públicas cuando quiso denunciar, tuvo que acudir a la prensa para que recién su caso fuese atendido. Tras ser escuchado, dio nombres: “Desde suboficiales se encontraba el suboficial López, de la banda, el suboficial Canela, el suboficial Hernández, el suboficial Hinostroza, el técnico Lévano, el teniente Díaz, el capitán Guzmán, quien el más casero, capitán Gálvez, capitán Espinoza, mayor Baca y las promociones del comandante (Jimmy Grandez Sánchez)”, dijo en referencia a los compradores.
El domingo 4 de febrero, 'Panorama' puso al descubierto un sistemático robo de combustible al interior del cuartel general Pentagonito. Las pruebas señalan la presunta culpabilidad del comandante Jimmy Grandez Sánchez, quien habría ordenado a sus adjuntos extraer combustible de los vehículos militares. Habría empleado a oficiales y suboficiales de la institución para su posterior comercialización.
El hecho fue denunciado por Marco Auccatoma, sargento del batallón de la Policía Militar del Pentagonito, quien señaló a su comandante como el autor del delito. Este les habría indicado como sustraer la gasolina de las unidades del Ejército —empleando herramientas especiales y mangueras— durante la noche para no ser descubiertos.
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"Él (Grandez) me daba las órdenes, que tenía que hacer esto o llevar papeles a tal persona. Me daba las órdenes y yo, por actos de subordinación, tenía que hacer caso", declaró Auccatoma.
De acuerdo a lo informado por Auccatoma, este robo sistemático se realizaba entre 3 a 6 veces por semana. Con ello, se podía obtener hasta 60 galones de combustible en una sola jornada, lo cual podía significarle una buena fuente de ingreso económico irregular extra.
La gasolina era sustraída, presuntamente, por órdenes de Jimmy Grandez Sánchez, quien luego la almacenaba en cilindros, junto a su oficina, y coordinaba su venta con oficiales y suboficiales de la institución castrense.
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“Llevábamos los galones a la comandancia, al almacén, en dos cilindros, las galoneras las depositábamos en los cilindros. Me iba al almacén. Tenía una herramienta para succionar la gasolina, la ponía en el cilindro. Succionaba y pasaba del cilindro a la galonera”, comentó.