La Comisión de Constitución del Parlamento aprobó, por amplia mayoría, el dictamen de la reforma constitucional para volver a la bicameralidad y, además, la reelección de parlamentarios.
Asimismo, el constitucionalista Diego Pomareda sostuvo que, de acuerdo a las encuestas post referéndum del 2018, gran parte de los peruanos está a favor de tener una cámara de diputados y otra de senadores.
Lo impopular de volver a la bicameralidad —explicó— es que el Congreso de la República ha utilizado este instrumento para impulsar otras reformas que debilitan el equilibro de poderes o menoscaban derechos fundamentales.
Por ejemplo, la agrupación de la fujimorista Patricia Juárez propone que la nueva composición del Legislativo tenga a 130 diputados y 60 senadores.
A su turno, René Gastelumedi, conductor de “Grado 5″, cuestionó si la bicameralidad no generará más gasto público. Diego Pomareda resaltó que, hasta el 2022, se ha otorgado solo el 0,65% del presupuesto público al Legislativo. “El Congreso bicameral no va a costar más”. No obstante, advirtió que “la bicameralidad no va a transformar el sistema político”.
En ese sentido, expuso que el problema principal son los partidos políticos, por lo que si las agrupaciones no siguen un filtro adecuado, se tendrán a 60 senadores siendo, según el abogado constitucionalista, “más de lo mismo”.
De aprobarse el dictamen en el Congreso, la Cámara de Diputados sería la encargada de realizar el control político; mientras que la Cámara de Senadores tendría un papel reflexivo.
“No son cámaras espejo, son cámaras con funciones específicas (...) La idea sería que el Parlamento tenga una segunda cámara más reflexiva y donde los ímpetus del Congreso e iniciativas particulares se queden ahí”, acotó.
El especialista anunció que son 58 artículos de la Constitución que se modificarían con el regreso a la bicameralidad (53 cambios, dos agregados y tres disposiciones finales). De estos, 33 cambiarían la palabra Congreso por Senado o Diputado. Asimismo, 11 especifican las funciones de las cámaras, pero hay 13 disipaciones que cambiarían sustancialmente la Carta Magna, lo cual generaría “un entrampamiento”.
“No es bicameralidad, lo que veo es una ley que tiene un antifaz de bicameralidad, pero que atrás tiene 13 reformas que son propias del interés de este Congreso”, alertó.