La mañana del miércoles 17 de abril de 2019, un juzgado ordenó la detención preliminar del expresidente Alan García, así como de exfuncionarios de su segunda administración, como Enrique Cornejo, Luis Nava, entre otros. La vivienda del entonces líder del Apra, ubicada en Miraflores, había sido intervenida por miembros de la DIVIAC, división de la Policia Nacional dedicada a operativos especiales, junto a un fiscal designado por José Domingo Pérez.
El exmandatario recibió a las autoridades en pijama y dijo que hablaría con su abogado, Erasmo Reyna, pero se recluyó brevemente en su dormitorio y se disparó en la sien, siendo hospitalizado en el nosocomio Casimiro Ulloa de Miraflores, donde falleció.
El último domingo se cumplieron tres años de este acontecimiento que remeció la política local. Recordemos más acerca de este abogado y político, quien fue calificado como un hombre de “ego colosal” por el exembajador estadounidense James Curtis Struble, información obtenida por el sitio WikiLeaks.
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Alan Gabriel Ludwig García Pérez nació el 23 de mayo de 1949. Hijo de Carlos García Ronceros y Nytha Pérez, estudió Derecho en la Pontificia Universidad Católica del Perú, aunque luego se traslada y se gradúa en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Estudió doctorados en la Universidad Complutense de Madrid y en la Universidad de París, aunque no llegó a completarlos. Fue constituyente en 1978, diputado entre 1980 y 1985, y presidente desde 1985 hasta 1990, donde gobernó en un ambiente de violencia y terror, con mayoría parlamentaria pero con una desgastada popularidad luego del intento de estatización de la banca.
Entre 1992 y 2001 se exilia entre Colombia y Francia, y en ese último año intenta la presidencia ante Alejandro Toledo, perdiendo la elección. Cinco años después logra derrotar a Ollanta Humala con una propuesta de “cambio responsable”. Fue autor de libros como “Modernidad y política en el siglo XXI”, “El Mundo de Maquiavelo”, así como de controvertidas columnas, como “Recetas para acabar con el perro del hortelano”, donde critica lo que el llama “ideologías panteístas que impiden el desarrollo”.
Alan García Pérez y su madre, Nytha Pérez. Foto: Twitter de Carla García
El Ministerio Público a través del Equipo Especial Lava Jato, investigaba a García Pérez y a otros funcionarios apristas por supuestamente haberse beneficiado con sobornos de Odebrecht por la construcción del Metro de Lima. Al respecto, el exgerente de la compañía constructora brasileña, Jorge Barata, ha declarado que Luis Nava era apodado “chalán”, porque “cuidaba al caballo”, y como se recuerda a García se le apodaba “caballo loco” en su primer gobierno. Barata precisó que tanto Nava como Miguel Atala eran “los Maiman” del expresidente, por lo cual este no recibiría el dinero directamente sino a través de ellos, según el testimonio.
Según investigaciones, Miguel Atala también le entregó más de un millón de dólares a Alan García entre los años 2010 y 2016. Foto: Composición Gerson Cardoso/La República
Según García, en su carta de despedida, no iba a aceptar “vejámenes” a diferencia de sus adversarios políticos, a quienes acusó de tener “miserables existencias”, y dijo que él no está dispuesto a “sufrir injusticias y circos”. “Por ello les dejo a mis hijos la dignidad de mis decisiones, a mis compañeros una señal de orgullo y mi cadáver como una muestra de mi desprecio hacia mis adversarios porque ya cumplí la misión que me impuse”, cita el texto que escribió meses antes de su suicidio. En medio de la capilla ardiente donde reposaban sus restos, en la Casa del Pueblo, varios militantes apristas gritaron “Vizcarra asesino”, e incluso el hijo del exmandatario, Federico, impidió el ingreso de Ollanta Humala.
En una oportunidad Alan García ha declarado que “nació aprista”, por lo que en dicho partido el exmandatario pasó gran parte de su vida y se convirtió en su máximo referente. Aunque su partida física ha afectado el desempeño del mismo: en las elecciones complementarias de 2020, el Partido Aprista no pasó la valla electoral del 5% pese a llevar algunos candidatos mediáticos como Mijael Garrido Lecca, pero mantuvo su inscripción para participar en los comicios presidenciales de 2021, donde Nida Vílchez fue la aspirante al sillón de Pizarro, En febrero de 2021, Vílchez se retira de la contienda, y las listas apristas al Congreso y al Parlamento Andino no lograron inscribirse, por lo que el partido de la estrella perdió su registro como partido político.
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