El presidente Pedro Castillo parece empezar recién con un nuevo gabinete, que esta vez será liderado por la extitular del Congreso Mirtha Vásquez, mujer de izquierda cuya experiencia parlamentaria puede ayudar a construir una mejor relación con el Legislativo.
“La nueva etapa en el gobierno del pueblo busca fomentar el diálogo, la gobernabilidad y el trabajo en equipo”, tuiteó el mandatario, dando la bienvenida luego de la asunción de sus ministros.
En total han sido siete cambios. Al de Guido Bellido por Vásquez hay que añadir los de Iber Maraví por Betssy Chávez en Trabajo, Ciro Gálvez por Gisela Ortiz Perea en Cultura, Iván Merino Aguirre por Eduardo González Toro en Energía y Minas, Juan Cadillo por Carlos Alfonso Gallardo en Educación, Juan Manuel Carrasco por Luis Roberto Barranzuela en Interior e Yván Quispe por José Incio en Producción.
Se mantienen Óscar Maúrtua en Cancillería, Pedro Francke en Economía, Aníbal Torres en Justicia, Dina Boluarte en Desarrollo e Inclusión Social, Anahí Durand en Mujer y Poblaciones Vulnerables, Hernando Cevallos en Salud, Walter Ayala en Defensa, Víctor Raúl Maita en Desarrollo Agrario y Riego, Roberto Sánchez en Comercio Exterior y Turismo, Juan Francisco Silva en Transportes y Comunicaciones, Geiner Alvarado en Vivienda y Rubén Ramírez en Ambiente.
Hay cinco mujeres: en PCM, Mujer, Midis, Cultura y Trabajo. Un ligero avance respecto del anterior equipo ministerial.
Mensaje. En la tarde, Castillo anunció que Bellido se iba. Foto: Sepres
A las 15.30 de ayer, en un muy breve mensaje a la nación, el presidente Pedro Castillo había confirmado la salida de Bellido de la PCM. “Mi Gobierno, en su compromiso por abordar prioritariamente los grandes problemas que tiene el país, como son la salud, el hambre y la pobreza, ha decidido tomar algunas decisiones en favor de la gobernabilidad”, refirió.
“Por ello —agregó—, informo al país que el día de hoy hemos aceptado la renuncia del presidente del Consejo de Ministros, Guido Bellido Ugarte”.
Asimismo, el presidente pareció zanjar controversias. “El equilibrio de poderes es el puente entre el Estado de derecho y la democracia, por lo que tanto la cuestión de confianza, la interpelación, como la censura, no deberían utilizarse para crear inestabilidad política”, dijo; y luego, con la clara intención de echar algo de agua al incendio político, aseguró que ya era hora de “poner al Perú por encima de toda ideología y posiciones partidarias aisladas”.
La intervención del jefe del Estado fue el epílogo de una suma de acontecimientos.
El viernes, en una reunión de trabajo del gabinete (no era un consejo oficial, en donde lo dicho consta en actas) se conversó sobre la posibilidad de recurrir a la cuestión de confianza para salvar la cabeza de Iber Maraví. La mayoría de los ministros se mostró en contra. También se le cuestionó a Guido Bellido que adelantara asuntos que no habían sido debatidos.
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El domingo fue el lanzamiento de la segunda reforma agraria. Bellido estuvo ahí. Sin embargo, desde el Ejecutivo distintas fuentes con conocimiento de causa aseguraban que el jefe del Estado ya había decidido dar el paso hacia los cambios.
Posiblemente estos hubiesen demorado un poco más si no fuera por los acontecimientos que sobrevinieron después. El martes, vía su cuenta de Twitter, la Presidencia del Consejo de Ministros reveló que las resoluciones con la ratificación de Julio Velarde al frente del Banco Central de Reserva (BCR) y el nuevo directorio fueron derivadas desde el viernes al Despacho Presidencial. Algo así como “la culpa no es de nosotros”. Ese día el ministro de Justicia, Aníbal Torres, se presentó en radio Exitosa y aseguró que la confianza estaba descartada, pero fue corregido por Bellido.
El martes en la noche, en un hecho que pasó inadvertido, Castillo recibió en simultáneo a dos personas claves en toda esta cadena de situaciones: Mirtha Vásquez y Betssy Chávez. Ambas llegaron a Palacio a un cuarto para las ocho de la noche y se retiraron una hora y media más tarde. Antes hizo lo propio con Róger Nájar y Guillermo Bermejo, del ala dura de Perú Libre.
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Ayer, temprano, el consejo de ministros de los miércoles fue cancelado sin ofrecerse explicaciones. Una versión recogida por este diario es que ahí se le cuestionó a Bellido el hecho de que la PCM haya mandado esos tuits sobre el nuevo directorio del BCR. Los titulares de las carteras fueron saliendo. Pedro Francke, que se retiró a pie, adelantó con un eufemismo lo que vendría: se refirió a una mejora en la “organización interna”.
Como corresponde, fue Castillo quien le comunicó a Bellido que no seguiría en el cargo. El expremier reaccionó de mala forma. Luego, en la conferencia de prensa que dio en la tarde, se mostró sereno y le agradeció al presidente por la oportunidad y sugirió que quien lo reemplace debe ponerse en “sintonía” con el pueblo y no con los “poderes fácticos”. Y sostuvo que la renegociación del contrato de Camisea es un “imperativo”.
La asunción de Vásquez fue rechazada por las facciones radicales de Perú Libre. Terminada la ceremonia de juramentación, el vocero de esta bancada, Waldemar Cerrón, y su colega Edgar Tello protestaron afuera de Palacio. Ambos, acompañados de otros legisladores oficialistas, habían ido a Palacio a exigirle al presidente una “cuota de poder” en el gabinete, sin éxito.
“La bancada no respalda este gabinete, porque consideramos que es una traición”, exclamó Cerrón en los exteriores de Palacio de Gobierno. Tello, quien fue compañero de huelga de Castillo y uno de los fundadores de la Fenate Perú, también demandó cambios ministeriales. Caso contrario, advirtió, el mandatario podría terminar como el expresidente Martín Vizcarra: sin bancada. Cuando le preguntaron a Tello si eso incluía la vacancia, evitó responder.
No obstante, Cerrón y Tello solo evidenciaron los fraccionamientos de su bancada. Un ejemplo es que sus colegas oficialistas Roberto Kamiche y Oscar Zea manifestaron su apoyo al nuevo gabinete. Zea recalcó que el pronunciamiento de Perú Libre contra el Ejecutivo no representa el sentir de todos los congresistas de este grupo.
En contra del gabinete. Facción radical de Perú Libre rumbo a Palacio a protestar. Foto: John Reyes/La República
Aún así, desde Twitter, el secretario general del partido, Vladimir Cerrón, amenazó al Gobierno y culpó a sus exaliados de izquierda. “Es momento de que Perú Libre exija su cuota de poder (...) Nuevo Perú y Frente Amplio ya fueron servidos”, sostuvo. El secretario de Nuevo Perú, Álvaro Campana, le respondió a Cerrón: “Hay quienes creen que este Gobierno es una especie de repartija”, refutó.
En este escenario es incierto que, cuando la premier pida el voto de confianza al Congreso, Perú Libre la apoye. Puede haber un giro hacia la oposición.
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Enfoque por: Jeffrey Radzinsky, Grupo Fides Perú
El presidente del Consejo de Ministros, Guido Bellido, era un pasivo para el Gobierno porque generaba controversia con sus posiciones férreas. Se está dejando de lado a un ministro confrontacional y del ala más cercana al ideario de Vladimir Cerrón.
Lo positivo es que una figura así queda fuera. Lo negativo es que nuevamente el Gobierno muestra debilidad, lo que evidencia una incapacidad para nombrar equipos.
Ahora hay una oportunidad que tiene el presidente de la República para fortalecer el liderazgo. Eso va a depender de varios factores: del gabinete y de la cohesión que tenga su bancada, que está fragmentada en varios grupos.