Será difícil que el 2019 traiga titulares como los de este año.,Una mala noticia para quienes vivimos de las noticias: será muy difícil que el año 2019 sea tan apachurrante, prodigioso, increíble y generoso como este 2018. Si al comienzo del 2018 alguien hubiera pronosticado algunas situaciones que, en efecto, ocurrieron, lo habrían tildado de loco o ignorante. Por ejemplo, que Pedro Pablo Kuczynski iba a ser vacado de la presidencia; que la superpoderosa Keiko Fujimori iría a la cárcel; que Alan García protagonizaría un intento de fuga cobarde y ridículo; que Fuerza Popular iba a explosionar desnudando su inmundicia; que el fujiaprismo terminaría deambulando por el congreso, con Luz Salgado (que ponía el músculo de los votos a esa alianza) y Mauricio Mulder (que aportaba el seso a la componenda) dando pena por lo risible de sus argumentos; y que, en medio, la economía crecería 4%. No fue lo único en este 2018 turbulento, pero con noticias que no por sorprendentes dejaron de ser positivas. Por ejemplo, Daniel Salaverry se transformó de disciplinado soldado de Keiko Fujimori en factor crucial para una democratización del congreso; Acción Popular ganó la alcaldía de Lima después de 38 años (al Perú le demoró ‘solo’ 36 volver al mundial), aunque, en realidad, el triunfador fue Jorge Muñoz, con lo cual la capital tiene la expectativa de un gran alcalde después del desastre de Luis Castañeda, quien para el bien de todos deja la política con el repudio de tres cuartas partes de la gente. Otro que felizmente ya se va es el cardenal Juan Luis Cipriani tras un período nefasto para la iglesia, y ahora viene para ella un tiempo en el que va a resurgir por el protagonismo de un sector apegado a principios. Y quien, en cambio, gracias a Dios se quedó, fue Ricardo Gareca en la selección. Y también terminamos el año con un presidente como Martín Vizcarra que tras un inicio anodino y que parecía entregado al fujiaprismo, sorprendió a todos, pero especialmente a la ciudadanía, con una presidencia que transmite confianza en la gente gracias a respaldar la lucha anticorrupción, defendiendo a fiscales, jueces y periodistas que pelean contra esta lacra, apoyando las marchas de protesta contra una de las expresiones de corrupción más profundas que vinculan a magistrados con políticos, y que parece que quiere hacer una reforma política y judicial en serio. El 2018 fue apachurrante, prodigioso, generoso e increíble; turbulento como pocas veces se había visto; pero con buenas noticias y tremendos titulares que seguramente ya no habrá en 2019. No news is good news?