Es improbable que para Jorge Barata el objetivo de fondo en su colaboración eficaz sea salvar sus considerables activos personales en el Perú. Lo que parece estar en juego es el futuro comercial de Odebrecht en el Perú. Documentos de la empresa contemplan, luego de un periodo de sacrificios, una recuperación empresarial en los lugares donde ella ha delinquido. No tiene sentido esperar que las esperadas delaciones de Barata sean un ejercicio de espontaneidad. Lo que diga o deje de decir tendrá efectos en el futuro de la empresa a la que él pertenece, y en consecuencia serán cuidadosamente sopesadas. En realidad sus palabras y las de su jefe Marcelo Odebrecht en el tema ya dan la impresión de ser fruto de cálculos. ¿Qué estarían calculando? De un lado buscar las medidas que les permitan alguna forma de retorno a sus actividades luego de haberse puesto al día con la justicia peruana. De otro evitar choques irrecuperables con sectores que son factores de poder hoy, y que lo serán en los años que vienen. Este segundo aspecto acotará mucho las delaciones, como que ya lo viene haciendo. Pero Barata/Odebrecht no puede aparecer orientando abierta o incluso descaradamente la marcha de las acusaciones. Lo cual sugiere que las delaciones no pueden ser seleccionadas. Tienen que seguir tocando a todos los que están bajo la sospecha del sentido común público. Pero las delaciones sí pueden ser dosificadas, como de hecho ya lo están siendo. Sin duda frente a esto los fiscales tienen un importante papel que jugar, y mucho dependerá de la habilidad de los interrogatorios. Pero esto tendrá un límite en la voluntad personal de Barata y en la estrategia de Odebrecht. ¿Cuán interesada está la empresa en dejar el campo sembrado de cadáveres políticos, o de políticos con sangre en el ojo? Después de todo el paso de Barata a la colaboración es un arreglo en sí mismo, y necesariamente parte de un arreglo más amplio. No lo imaginamos como un proceso fluido y rápido, sino como uno sembrado de tropiezos, con la garantía de no poder satisfacer a todo el mundo. Así ha funcionado hasta ahora, y nada indica que vaya a cambiar.