"Es hora de que la educación dé a nuestros hijos las herramientas y el criterio que no nos dio en las últimas décadas", aseveró la ex ministra de Educación, Marilú Martens.,Marilú Martens, ex ministra de Educación, reapareció este domingo para cuestionar la violencia de género y advirtió que la educación sexual es la única forma de que un menor de edad aprenda que no debe aceptar este tipo de agresiones y sepa cómo enfrentarlas. "Negarles esta contraparte educativa es perpetuar su vulnerabilidad y los círculos de violencia", aseveró Martens en una columna de opinión publicada hoy en el diario El Comercio. La ex funcionaria cuestionó contundentemente que aún existan "peros" para reconocer, denunciar y hacerle frente a la violencia contra las mujeres que aqueja a nuestra sociedad. PUEDES VER Marilú Martens: “Yo jamás me referiría a los atributos físicos de ningún ministro” [VIDEO] "Como en ocasiones pasadas, la violencia de género ha despertado interés entre nosotros. (...) Las raíces de este mal son profundas y fuertes, y nuestras reacciones, demasiado débiles (sobre todo, cuando las sigue un “pero”: “pero los hashtags son exagerados”, “pero ella no debió provocarlo”, “pero lo hice con buena intención”). En ese sentido los “peros” que deslegitiman los esfuerzos que deben hacerse a través de la educación –“pero la educación es competencia única de los padres”, “pero la palabra ‘género’ es innecesaria”– son los más preocupantes y evidencian que aún estamos lejos de siquiera comprender la problemática", indicó. Martens remarcó que está demostrado que los sesgos que impulsan las ideas sexistas se forman desde nuestros primeros años. Por ello, "cuando afirmamos que la educación familiar es suficiente, demostramos que no sabemos que, como padres, también somos falibles de albergar ideas y comportamientos sexistas. (...) Reconocer estos sesgos no nos hace peores padres o personas; estudios han encontrado evidencia de discriminación inconsciente entre los académicos de las instituciones más prestigiosas del mundo y hasta en las organizaciones que trabajan a favor de la igualdad de género". "Ellos y nosotros somos producto de una educación que reforzó estos sesgos y nos hizo incapaces de identificar y condenar esta discriminación. Es hora de que la educación dé a nuestros hijos las herramientas y el criterio que no nos dio en las últimas décadas", alertó la ex ministra de Educación. "Además, es un error generalizar una condición privilegiada –como lo es la buena preparación de los padres– a todos los hogares del país. En el Perú, el 90% de los padres que envían a sus hijos a escuelas públicas no completó la secundaria y el 60% de la violencia sexual denunciada sucede entre familiares y dentro del hogar. Para los niños de estos hogares no hay esperanzas si es que la educación formal que puede llegarles se pone de lado o, peor aún, justifica la violencia y la discriminación sexual. Aquí, la educación sexual es la única forma de que un menor de edad aprenda que no debe aceptar este tipo de agresiones y sepa cómo enfrentarlas. Negarles esta contraparte educativa es perpetuar su vulnerabilidad y los círculos de violencia", puntualizó. En consecuencia, sostuvo que "si queremos erradicar la discriminación y la violencia de género, debemos reconsiderar el tipo de semillas que sembramos". "Por último, la mejor educación es aquella que busca la comprensión antes que la obediencia. Para combatir una discriminación que es aprendida desde la formación de la identidad de las personas no es suficiente repetir como borregos que “no debemos discriminar entre hombres y mujeres”, sino entender el origen y mecanismo de esa discriminación", añadió. "Con estos “peros” podremos seguir condenando la violencia de género en nuestras redes sociales, declaraciones públicas y conversaciones privadas, pero la seguiremos albergando en nuestra sociedad y en nuestros hogares. Para que esta vez sea diferente, querámoslo de verdad. Sin “peros”", concluyó Martens.