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Opinión

La protesta imparable

Los organizadores del paro de transportes se ratifican en el carácter pacífico de la medida.

larepublica.pe
EDITORIAL

Finalmente, las organizaciones sociales y sindicales, además de los gremios de transportistas y de comerciantes, se alistan para hacer ostensible su protesta y han elegido como marco la cumbre del APEC, a la que asisten líderes mundiales, ante quienes pretenden exponer su situación actual.

Los organizadores de las marchas han pedido a los participantes que se sumen que lo hagan de la manera más pacífica. La idea no es convertirse en enemigo de los protestantes, sino, por el contrario, buscar su alianza para presionar al Gobierno de Dina Boluarte y al Congreso aliado a adoptar medidas que protejan a los ciudadanos de criminales y agresores; y que, por el contrario, no den leyes que promuevan la impunidad.

La situación en la que se realiza el transporte de pasajeros o el pequeño comercio está siendo sometida a la extorsión de criminales que aprovechan las condiciones de inseguridad para incrementar los ataques armados, el estallido de granadas contra locales y otras formas de amedrentamiento.

Según los organizadores, la protesta se sentirá a lo largo de la costa, de Tumbes a Tacna, y con el epicentro en Lima, más específicamente el área en la que se realiza la cumbre. Ayer ya se llevaron a cabo las primeras movilizaciones de transportistas y de mototaxistas en el norte peruano.

Es evidente que la manifestación genera una reacción biliar en el Gobierno. Quieren razones para el terruqueo y la devaluación del justo reclamo. Las personas que se movilizan lo están haciendo en defensa de su vida y en perjuicio de sus propias economías.

No hay que olvidar que el reclamo es por mayor seguridad, la derogatoria de las leyes procrimen dadas por el Congreso y el cumplimiento de una de las principales tareas del Estado: brindar protección y garantizar el ejercicio de los derechos de las personas, sin coacción ni amenazas.