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Opinión

Los paros dicen: negocia o vete, por Mirko Lauer

 Lo que el transporte público no está pudiendo resolver con sus paros es la plaga de extorsionistas. El Gobierno saca tanques contra los que paran, pero no puede hacer nada contra los extorsionadores mismos. 

El paro laboral se ha convertido en el instrumento versátil de la política, y su objetivo viene siendo arrinconar al Gobierno. Los transportistas ya anunciaron un paro en los cuatro días de APEC. Una tarea sencilla si consideramos que el Ejecutivo ya ha declarado feriados esos días.
Hay paros más especializados que otros. Ahora los trabajadores de Petroperú amenazan con empezar uno si el Ejecutivo sigue demorando el nombramiento de un nuevo directorio. El argumento es la falta de respeto, pero no es descartable un temor a una política de austeridad, pública o privada, con los consabidos despidos.

Los transportistas de noviembre están llamando al suyo un paro nacional, que es un planteamiento geográfico. Pero hay paros nacionales y paros nacionales, según cuán difundida, intensa y profunda sea la movilización. El resultado de referencia es poder paralizar todas las actividades, y tener una propuesta de recambio. Hay paros nacionales que son definitivos.

Todavía no hemos llegado a ese punto, pero está claro que es algo que le interesa al 90%+ que desaprueba el Ejecutivo y Congreso. Esto en una de diversas formas: adelanto electoral, vacancia presidencial, o cogobierno de alguna forma de asamblea. No sorprende que de Palacio hacia abajo se considere a todo paro subversivo.

Pero los paros son subversivos solo cuando no son tomados en serio (muertos, palos, presos, silencio). De otro modo se suele tratar de propuestas de negociación. Hoy en el Perú paran cada vez más los gremios, de trabajadores o empresarios. En otras palabras, la protesta se está afincando cada vez más en la producción, y opera desde ella.

Lo que el transporte público no está pudiendo resolver con sus paros es la plaga de extorsionistas. El Gobierno saca tanques contra los que paran, pero no puede hacer nada contra los extorsionadores mismos. Pero si los paros no pueden resolver esa situación, entonces no pueden resolver nada dentro de este orden establecido.

El columnista Richard Arce ha observado que los paros son parte de un esquema de protesta permanente por todo el territorio. Viene implícito en ello que no habrá nada después de lo que estamos empezando a ver. Después de los choques entre el pueblo y los poderosos viene el paisaje después de una batalla política. La furia que recibió a Dina Boluarte se la va a llevar.