El pasado lunes, un desperfecto en el sistema de iluminación de una de las pistas de aterrizaje del Aeropuerto Jorge Chávez dejó a miles de pasajeros varados en Lima, el interior del país y todo el continente. CORPAC, la Corporación Peruana de Aeropuertos y Aviación Comercial, como responsable del mantenimiento de la pista y sus luces, no tenía un plan de contingencia para una eventualidad como esta.
Tampoco se ha puesto en operación la segunda pista de aterrizaje, inaugurada el año pasado con bombos y platillos, lo cual significó el colapso total de las operaciones aéreas durante 10 horas mientras se arreglaba el cableado. La crisis del lunes es solo una de varias controversias alrededor de CORPAC, desde el accidente que acabó con la vida de 3 bomberos el año pasado o la huelga de controladores aéreos en enero de este año.
Más allá del impacto directo sobre las operaciones y los riesgos a la integridad física de las personas, ¿qué tiene que ver esto con la ciudad? Si se quiere consolidar la posición de Lima-Callao como “hub” de conexiones en el continente frente a la competencia de otros núcleos aeroportuarios como Bogotá o Panamá, es necesario contar con una operación de primera calidad, generando confianza en el usuario y el sector aeroportuario.
Escenas cómo las del domingo 2 de junio hacen todo lo contrario, y causan un impacto reputacional gravísimo para el aeropuerto. El incidente incluso llevó al pronunciamiento de Peter Cerdá, vicepresidente regional de IATA, el gremio internacional de aerolíneas, sobre la falta de alineamiento entre los actores vinculados a la administración de la infraestructura, llamándolos a atender los problemas operativos que afectan la calidad del servicio.
Los aeropuertos son núcleos de actividad económica, y ejes de desarrollo que pueden tener un impacto positivo tanto en los distritos que los rodean como en la metrópoli y su zona de influencia. Con las obras del nuevo terminal del Jorge Chávez a punto de culminar, el sector público vinculado a la aviación debe reformarse profundamente para estar a la altura de las circunstancias y garantizar que podamos realmente destapar el potencial de la capital como nodo aéreo sudamericano.