Esta semana asistí a un evento organizado por BNI (Business Networking International) con los líderes de algunos de los principales megaproyectos de infraestructura activos en el país. Estuvieron presentes representantes del Puerto de Chancay, del Muelle Sur del Callao, la Línea 2 del Metro de Lima y LAP, del Aeropuerto Jorge Chávez. Si bien los proyectos se encuentran en marcha, y existe mucha urgencia de parte de las concesionarias de completarlos, todas han encontrado un sinfín de obstáculos en sus relaciones con el estado. Esto naturalmente termina ocasionando demoras de años, o incluso décadas, en la ejecución de grandes proyectos, lo cual representa miles de oportunidades perdidas y un incremento sustancial en los costos para todos los involucrados.
Uno de los temas más recurrentes fue la falta de predictibilidad de nuestro sector público, así como el incumplimiento de compromisos por la inestabilidad política y el constante cambio de funcionarios gubernamentales. Un ejemplo es el actual impasse ocasionado por la caprichosa decisión de la Municipalidad de Lima de no otorgar los permisos necesarios para la construcción de la Estación Central de la Línea 2 del Metro. Esta decisión, además de antitécnica, demoraría aún más la ejecución del ansiado metro.
Por otro lado, la ejecución del nuevo terminal del aeropuerto debió iniciarse hace 18 años, y si bien es un gran proyecto que tendrá un enorme impacto en la ciudad y la economía, sufre de una falta de integración con su entorno dada la falta de planificación urbanística y del transporte masivo por parte de las entidades públicas competentes. Por otro lado, el megapuerto de Chancay se enfrenta a reinterpretaciones del marco legal que amenazan con perjudicar la viabilidad del proyecto.
¿Qué soluciones se plantearon? Integración entre los distintos niveles de gobierno para la toma de decisiones y compromisos asumidos, planificación urbana y territorial anticipada y vinculante, mejoras en la ley de expropiaciones y una ventanilla única para la resolución de trámites y otorgamiento de permisos. La palabra “destrabar” se ha vuelto muy popular en los discursos de nuestros políticos. Para lograr un destrabe real de estos y otros proyectos transformadores no solo hace falta anuncios en los medios, sino reformas concretas a nuestro marco legal y consistencia en la toma de decisiones en todos los niveles de gobierno.
Profesional enfocado en la gestión de proyectos urbanos y del entorno construido. Cuenta con estudios de arquitectura en Syracuse University, EEUU y una maestría en sociología urbana en Goldsmiths, University of London. Aspira a que las ciudades peruanas sean mejores lugares para vivir para todos sus habitantes.