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Opinión

Con sed de venganza e intolerancia, por Augusto Álvarez Rodrich

El escenario enrarecido del próximo gobierno peruano.

larepublica.pe
AAR

Es muy difícil hoy saber quién será el próximo presidente de la república en el 2026 —o cuando se realice la próxima elección—, pero no hay duda de que el entorno de su gobierno será muy complejo por la coincidencia de factores externos e internos adversos.

En el plano internacional, el avance de varios conflictos bélicos en diversos escenarios y en otros por surgir crea una adversidad importante. Un país se puede preparar para pasarla mejor en trances como ese, como sugirió la semana pasada esta pequeña columna, pero siempre son fenómenos que perjudican a todos, incluso a los que al final se creen ganadores. “Es posible que ya estemos en la tercera guerra mundial y no lo sepamos”, comentó hace poco el historiador israelí Yuval Noah Harari.

En el plano local, la economía, para empezar, no estará en buena situación, por más que hoy esté ocurriendo una recuperación. Las inversiones grandes no se concretan, y las señales que dan los políticos son totalmente contrarias, desde la derecha que con el alcalde Rafael López Aliaga proclama que incumplirá los laudos internacionales, hasta la izquierda que desde el congreso —con la complicidad según el tema de todos los partidos— destruye fundamentos que atrajeron la inversión y generaron empleos y oportunidades.

En lo social, la pérdida de calidad de vida de los últimos años, junto con la inseguridad creciente, generará un retroceso  que complica todo, al igual que el deterioro institucional en la justicia e instituciones fundamentales.

Pero quizá lo más grave será que la superación de un mosaico como ese requerirá acuerdos políticos entre las distintas agrupaciones, y eso es lo más difícil que ocurra en el siguiente gobierno, pues lo que hoy se percibe en la mayoría de fuerzas interesadas en administrar el país en el futuro no es la promesa de la construcción de una ilusión, sino sed de venganza con quienes creen que los han maltratado, y con gran intolerancia al punto de vista distinto, al que ya hoy se busca acallar.

Derechistas, izquierdistas, fujimoristas, caviares, apristas, etc., que tuvieron poder y lo perdieron hoy buscan la revancha. Si el momento actual parece mal a muchos de distintos lados, incluso enfrentados, el futuro puede ser, por la mezquindad extendida, aún peor.