Tratando de responder a la pregunta ¿qué está pasando en Trujillo?, quiero primero señalar algunos aspectos importantes de esta ciudad, capital del departamento de La Libertad, ubicada en el norte del Perú. De intensa comunicación con costa, sierra y selva, norte y sur, Trujillo se convirtió en polo de desarrollo del país, con fuerza atrayente para muchos inmigrantes.
La Libertad, único departamento del Perú que se extiende en mar, costa, sierra y selva, tiene ubicación geográfica privilegiada. Con historia y cultura grandes, destaca por ser asiento de la cultura mochica, la ciudadela de barro Chan Chan y la huaca del Sol y la Luna. Además, se agregó en el siglo XIX la Universidad Nacional, creada por Simón Bolívar y José Faustino Sánchez Carrión, y en el siglo XX la irrigación Chavimochic, la cual aprovecha el agua del río Santa.
El arte colonial y la hermosa plaza de Armas de la ciudad otorgan presencia singular a las instituciones públicas y privadas, que se engalanan con la marinera y corso primaveral, bellas manifestaciones que completan su atractivo turístico. La historia del Perú guarda entre sus principales acontecimientos el primer grito de su independencia, que fue en Trujillo, el 29 de diciembre de 1820. Orgullo de los liberteños.
Tales hechos explican las condiciones favorables para que en Trujillo y La Libertad se inserten y desarrollen agricultura, minería, cultura, negocios, pero también lacras sociales como el narcotráfico. Hubo y hay gran crecimiento urbano ‒desordenado‒ en Trujillo y en las localidades de su alrededor. Forman un cordón que rodea a la ciudad los distritos de La Esperanza, El Porvenir, Florencia de Mora y Víctor Larco. Asimismo, se reciben inmigrantes en gran parte de la sierra de La Libertad y Cajamarca.
En este ambiente aparecen relaciones sociales y políticas dañinas que actúan en las estructuras económica y administrativa de las instituciones y familias liberteñas. La agroexportación resulta afectada con negocios no tan santos; también la minería ilegal, contaminante y facilitadora del narcotráfico y la delincuencia, en los que actúan irregularmente venezolanos y colombianos. Asaltos, extorsiones y muertes se dan casi a diario. Trujillo pierde su libertad.
Comprobamos que La Libertad, con su capital Trujillo, es muestra, en menor escala, de lo que acontece en Lima y en otras grandes ciudades del mundo, por desajuste de la sociedad y estructura imperante. Lo vemos en México, Colombia, Ecuador y otros países de nuestro continente, así como en Asia y África. La delincuencia, corrupción, narcotráfico, drogadicción y prostitución tienen gran aliado en la acción política dañina predominante.
Trujillo puede reaccionar contra esta realidad, ya que cuenta con reserva social, intelectual y moral en muchas de sus instituciones, así como con personas que trabajan por superar las desgracias. Pero muchos suelen mantener perfil bajo y no participan en las tareas sociales, lo cual deja espacio a los mediocres, oportunistas y con frecuencia corruptos, Así se alteran el orden, la legalidad y la justicia. Domina la violencia.
La sociedad liberteña, en especial la trujillana, espera que la reserva moral empiece a actuar. Existen cuadros de esperanza en universidades, colegios profesionales, instituciones educativas y trabajadores honestos de diversas empresas. Estos se sumarían a los intelectuales que ahora están callados, pero tienen presente a César Vallejo, Ciro Alegría, Leoncio Prado, Sánchez Carrión y tantos otros pensadores y luchadores que prestigian a Trujillo.