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Opinión

Fondo de una sorpresa que sorprende, por Augusto Álvarez Rodrich

Sobre los críticos a los cambios ministeriales de anteayer.

larepublica.pe
AAR

No deja de sorprender la sorpresa e indignación que produce a unos que los cambios ministeriales tengan el objetivo de asegurar la confianza del congreso al gabinete Adrianzén y el rechazo a la vacancia.

Eso buscan los relevos de un gabinete conversado con el congreso y la inclusión de gente cercana a Somos Perú (Mujer), Partido Morado (Agricultura) y Avanza País (Mincetur), al costo de perder un ministro como Juan Carlos Mathews que realizó un trabajo estupendo por el turismo. Mejor preguntar si los reemplazantes son buenos profesionales o no.

La debilidad de Boluarte lleva a su gobierno a estas ‘concesiones’, que incluyen asuntos incluso más graves vinculados a políticas públicas indebidas como medidas de apoyo a la minería ilegal y criminal promovidas por Perú Libre, avalar el endeudamiento excesivo del municipio de Lima relacionado a Renovación, o ni intentar la resistencia al sétimo retiro de las AFP tramitado por José Luna Gálvez de Podemos.

Entre los críticos de los cambios está Mirtha Vásquez, expremier de Pedro Castillo, cuyo gobierno se lotizaba entre intereses políticos y turbios, y que se tragó el sapo de no revelar la lista de visitantes a Sarratea, algo que hoy se ve tan estrafalario como el exministro y congresista Roberto Sánchez promoviendo la vacancia de Boluarte cuando hace poco quería enjuagar las cuchipandas de su compañero de plancha. 

Quienes critican los relevos en el gabinete olvidan que la política, especialmente si no hay mayorías, requiere negociar, pactar, ceder. Quien no lo entienda, no sabe de política, o quiere que caiga Boluarte, un fin legítimo para muchos, pero que, evidentemente, no es el desenlace que busca un gobierno que solo quiere durar, durar y durar.

Lo cual lo incentiva a pactar, para sobrevivir, con sectores con los que tiene un entendimiento básico construido por el expremier Alberto Otárola, como Fuerza Popular, APP, Renovación, Podemos, Somos Perú, AP y hasta Perú Libre, y que dura hasta ahora.

¿Pudo Boluarte a fines de 2022 tener otros aliados? No. Al caer Castillo por su golpe absurdo, una parte relevante de la izquierda pasó a defenderlo y, comprensiblemente, a atacarla, exigiéndole que renunciara para el adelanto electoral, que es, finalmente, el principal parteaguas de la política peruana reciente.