Su constante amigo el escritor Alonso Cueto ha comentado los 88 años de Mario Vargas Llosa llamándolo el “intelectual con vida que más ha influido en la sociedad”. No hay duda que la intención es elogiosa. Pero hay que mirar mejor el estado de cosas en esta sociedad, con la que nadie está satisfecho. Al pecar de genérico, Cueto injustamente atribuye a Vargas Llosa una responsabilidad muy grave.
Si buscamos una prueba al revés, el novelista no es ni remotamente representativo de cosas tan sustantivas como la política convertida en un lodazal consentido, la pobre administración pública o la débil ética personal en la sociedad peruana. Eso le impidió ganar aquella importante elección de 1990, y lo mantuvo confrontado con la corriente central de la deshonestidad en el país.
De otra parte, ¿qué es realmente influir en la sociedad? Vargas Llosa le ofreció un rumbo seguro a los narradores, inspiró intensos deseos de triunfar en las artes y las letras, mantuvo la vigencia de algunas ideas como el liberalismo. Tenía fijaciones en constante movimiento, pero esas no han definido la sociedad en que estamos.
PUEDES VER: Es hora de donarlo, por Mirko Lauer
¿Entonces a qué pensador o pensadores le debemos el lamentable estado de la sociedad peruana hoy? Mis candidatos son los conductores de los programas cómicos del espectro audiovisual. Allí, en medio siglo, aprendimos que es bueno y gracioso expresar homofobia, temer y celebrar bromas racistas, festejar al vivo que estafa al incauto.
Esos canales y radios, de la mano de sus avisadores, cómo no, sí que han influido en la sociedad peruana. Es obvio que sus obras son queridas por el pueblo. Finalmente las quieren más que al exigente Vargas Llosa. Da la impresión que Cueto ha estado pensando en alguna forma de sociedad ideal, de intelectuales progresistas y conservadores a la vez.
En general es más seguro considerar la influencia de intelectuales que ya no están, como Haya, Mariátegui, Vallejo y Arguedas. Los vivos siguen esperando juicios de la historia, que todavía no se han realizado. Pero como algo hay que decir sobre estos, lo mejor es remitirse a la calidad de las obras mismas. Pero quizás eso ya lo ha hecho Cueto antes.