Cargando...
Opinión

Un boliviano incómodo, por Mirko Lauer

“La salida al Océano Pacífico es un poderoso argumento de la política interna boliviana”. 

larepublica.pe
Mirko Lauer

¿Para qué querría Evo Morales entrar al Perú? Son varias posibilidades, ninguna importante. Una sería proyectar una imagen binacional, útil para ganar peso en sus actuales conflictos con el poder boliviano. Otra razón para tocar la puerta podría ser para recibir halagos presenciales de gobernadores regionales peruanos fans del ex presidente.

Una posibilidad algo bufa es que Morales quiere un encuentro físico con el prófugo Vladimir Cerrón, con quien compartió comilonas en otros tiempos. Una foto que hoy valdría mucho dinero.

Aunque Morales ha expresado desinterés por entrar al Perú, sus esfuerzos legales para levantar el impedimento continúan. El Poder Judicial y la Cancillería han tenido que salir al paso a la tozudez, pero es evidente que allí no va a terminar el asunto. Morales necesita ganar este juicio, aunque luego no le sirva para mucho.

El ex presidente boliviano fue declarado persona non grata en el Perú por haber sido azuzador, o cuando menos simpatizante activo, de algunos de los desmanes que siguieron a la caída de Pedro Castillo. Evidentemente se sentía en casa, imaginando y proponiendo todo tipo de supeditación puneña a sus proyectos transnacionales.

Algunas críticas a Morales en Perú fueron previas a esa caída, por cosas como haber querido lanzar su Runasur (versión indigenista del difunto Unasur) desde el Perú, o instalar una oficina de su partido MAS (Movimiento al Socialismo) en Cusco. Es claro que desde el inicio vio al Perú de Castillo como una gran oportunidad personal.

La infeliz frase de Dina Boluarte, sobre que Puno no es el Perú, no solo es falsa, sino además se presta a incitar una suerte de expansionismo étnico, del cual Morales es un claro exponente. Pero no es solo el expansionismo en abstracto. La salida al Océano Pacífico es un poderoso argumento de la política interna boliviana.

Morales empezó a lanzar al Perú ataques que debían funcionar como complemento del plan de 13 puntos que su gobierno presentó al de Chile, y que debía terminar con la concesión de la reclamada salida al mar. El plan fracasó, y con él toda la política internacional de Morales. De más está decir que el Perú fue culpado también de ese fracaso.