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Opinión

Gobernando de espaldas al pueblo, por Pedro Castro Balmaceda

"Sería importante explicarle a la población cómo se toma la decisión de gastarse cerca de 14 millones de soles en un solo parque, cuando con ese mismo monto hubiera podido alcanzar para poner en valor -por lo menos- siete parques emblemáticos de Piura". 

larepublica.pe
CASTRO

Un alcalde empecinado en un costoso proyecto -que no es de necesidad pública, sino más bien una absurda y malcarada suntuosidad- en una ciudad que carece de los servicios más básicos que un municipio, obligatoriamente, debe gestionar: seguridad, limpieza, orden y ejecución de proyectos públicos en beneficio de todos los pobladores. Un pueblo harto de que no exista ninguna autoridad, en los últimos 20 años o más, que pueda dar la -mínima- talla en gestión pública, en honestidad, en transparencia y, sobre todo, en gestionar proyectos de interés común a favor del pueblo piurano. Una ciudad sin un transporte decente, sin pistas asfaltadas, sin calles ordenadas ni limpias, sin semáforos inteligentes, sin seguridad policial ni municipal, sin áreas verdes ni modestos parques.

Le recomiendo al alcalde de Piura y sus regidores se den una vuelta por el frontis del club Grau para que aprendan un poquito lo que es implementar una buena política de “Responsabilidad Social” en el mejoramiento de las áreas verdes que colindan con una institución que -a pesar de no tener la obligación de hacerlo- ha tomado la decisión de recuperar la zona en beneficio de todos los piuranos. Ejemplo que deberían tomar todas las empresas afincadas en el centro de Piura, quienes, son incapaces de mantener el frontis de sus locales comerciales limpios.

Pero para el alcalde Gabriel Madrid, quien gobierna de espaldas al pueblo de Piura, el convivir con la inmundicia alrededor del municipio no es problema serio, las trochas del centro de la ciudad son intrascendentes, las veredas rotas, la informalidad y el desorden es parte del paisaje que nos regala en un breve recorrido por el centro de la ciudad.

Todos estos problemas son mínimos frente a la importancia que adopta la construcción del “Parque de las Aguas”; la terquedad del alcalde y sus funcionarios es tanta que genera suspicacias la defensa acérrima y la vehemencia con la que vienen implementando una torpe campaña para tratar de convencer a la gente del por qué deberían aceptar su construcción. Sería importante explicarle a la población cómo se toma la decisión de gastarse cerca de 14 millones de soles en un solo parque, cuando con ese mismo monto hubiera podido alcanzar para poner en valor -por lo menos- siete parques emblemáticos de Piura. No quisiera llamarlo torpeza política, porque más pareciera una criollada de aquellas, por decir lo menos.