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Opinión

60 puentes sin sentido, por Santiago Dammert

“Sabemos lo que Lima necesita: transporte público integrado y multimodal, buen diseño vial y semaforización inteligente”.

larepublica.pe
DAMMERT

En su rendición de cuentas de fin de año, el alcalde metropolitano López Aliaga anunció su intención de construir 60 intercambios viales vehiculares o “puentes”, como los llamó en su intervención. Es su peor idea hasta la fecha, y la que tendría el impacto más perjudicial sobre el futuro de nuestra ciudad.

“Son puentes aéreos que estarán en puntos donde hay semáforos. Se irá más rápido usando estas vías elevadas, tal como es Europa”, según el alcalde de Lima. Me pregunto a qué ciudades de Europa se refiere, siendo este continente conocido por priorizar la inversión en proyectos de transporte público como buses, tranvías y trenes, no en obras para el auto privado.

Por ejemplo, la Alcaldía de París viene implementando la más agresiva reconfiguración urbana de su historia reciente. Esta incluye la ampliación del sistema de metro y una fuerte reducción de estacionamientos vehiculares, peatonalización de calles y construcción de ciclovías.

Además, los famosos puentes no están contemplados en el recientemente aprobado Plan Metropolitano de Lima al 2040, y a todas luces no habrían sido consensuados con la Autoridad de Transporte Urbano (ATU), que tiene competencia sobre el tema.

Lo más grave es que, para financiar este sinsentido, la Municipalidad de Lima ha emitido bonos sin aval del Gobierno central por más de 1.200 millones de soles a una tasa carísima del 10%. Esto dejaría a la comuna limeña endeudada por las siguientes cinco gestiones municipales.

La información sobre estos puentes es aún muy limitada, lo que indicaría que no se tiene claro qué es lo que se quiere lograr más allá de que el alcalde pueda inaugurar obras durante su gestión. Sabemos lo que Lima necesita: transporte público integrado y multimodal, buen diseño vial y semaforización inteligente. Esto implica buena gestión y planificación a largo plazo, pero a cambio nos dan obras improvisadas y sin sustento técnico para cumplir con plazos políticos.