La pregunta clave para perfilar la perspectiva del Perú es la misma de hace un año: ¿resistirá Dina Boluarte en la presidencia los próximos 12 meses?
Hay múltiples subescenarios dentro de cada camino, pero el asunto clave es ese, al punto que la flamante Coalición Ciudadana se quebró por el planteamiento del adelanto electoral.
El consenso de los analistas —diferente a lo que la gente desea, siempre con un 80% por el adelanto general— fue muy dinámico durante el 2023.
En el primer trimestre, al calor de la fuerte protesta político-social, la mayoría de los analistas medía la perspectiva de Boluarte en semanas, y creía que su caída era inminente.
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Pero en marzo los huaicos llegaron y se llevaron por delante carreteras y pueblos, además de las protestas que con el lema de “Dina asesina” pedían su renuncia, junto con la reposición de Pedro Castillo y una nueva constitución.
Asimismo, una votación del congreso rechazó la vacancia de Boluarte, confirmando un arreglo implícito entre los dos poderes para durar, elevando el conceso sobre la posibilidad de que la presidenta siga a bordo.
Sin embargo, mientras la tempestad amainaba, otra marejada crecía por el deterioro de la economía y el auge de la inseguridad, elevando el malestar social contra Boluarte, y aumentando las apuestas por su caída adelantada.
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El malestar social por la crisis económica y de seguridad, la inefectividad del gobierno para corregir estos problemas, el auge de las economías ilegales y criminales, junto con una aprobación presidencial menor al 10%, y la falta de bancada parlamentaria, llevan a muchos a prever que Boluarte no pasará del 2024 en palacio.
A su favor, sin embargo, está el desprestigio de la oposición —si esto existe en el país—, que es el principal aliado para la duración de Boluarte, así como el hecho de que los partidos no parecen interesados en el adelanto electoral.
¿Llega o no llega Boluarte al 2025? Con muchos problemas, esta columna cree que sí, pero eso dependerá de los siguientes factores determinantes: 1. Relación con el congreso. 2. Conflictividad político-social. 3. Evolución de la economía y de la seguridad. 4. Alguna denuncia fuerte de corrupción en el entorno de palacio (ojo con Nicanor).