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Opinión

A paso lento, por Santiago Dammert

“La gran tarea pendiente del Estado es hacer frente a las mafias del transporte que operan combis, cústeres y colectivos sin ningún tipo de regulación o planificación”.

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DAMMERT

La Línea 2 del Metro de Lima se prepara para entrar en operación mediante un período de marcha blanca, que abriría al público un trayecto de cinco estaciones a partir de finales de diciembre. Si bien es un pequeño porcentaje del total de la línea, que va desde la Municipalidad de Ate hasta el puerto del Callao y contempla un total de 27 estaciones, es por lo menos una muestra tangible de progreso de un proyecto que tiene un retraso sustancial.

Por otro lado, desde hace más de un año varios niveles de Gobierno (municipal y central) vienen anunciando la pronta licitación de las líneas 3 y 4, necesarias para formar una red de transporte público en la capital. Sin embargo, hasta ahora no se han dado pasos concretos hacia este fin.

Recordemos que los sistemas de transporte público funcionan siempre y cuando conformen una red que tenga la capacidad de movilizar a los pasajeros a través de todo el territorio urbano. El metro es tan solo uno de los componentes de dicha red, que debe atender las necesidades de la ciudadanía según la demanda e incluir también a los ciclistas, peatones y autobuses de forma integrada.

Esto significa contar con información y señalización uniforme para todos los modos de transporte y un mismo sistema de pago para autobuses y metro, entre otras facilidades que hoy nos cuesta imaginar.

La gran tarea pendiente del Estado es hacer frente a las mafias del transporte que operan combis, cústeres y colectivos sin ningún tipo de regulación o planificación, contribuyendo al infernal tráfico de nuestra ciudad y amenazando la salud pública a través de la contaminación y los constantes accidentes viales. Confío en que la culminación gradual de las líneas de metro hará más urgente (y visible) la necesidad de integrar a las rutas de autobús al sistema formal de transporte, y que poco a poco vayamos dejando atrás el calamitoso escenario en el que vivimos hoy.