En la sesión última del Consejo de Ministros se ha aprobado la declaración de estado de emergencia para los distritos de San Juan de Lurigancho y San Martín de Porres, así como Sullana, en Piura, por el incremento de la delincuencia.
¿Qué representa esta medida? Se ha señalado que se podrá impedir o restringir el libre tránsito; también se limita o anula la libertad de reunión, se suspende el derecho a la inviolabilidad del domicilio (policías y militares podrán entrar a las viviendas sin orden judicial) y, finalmente, la intervención de las Fuerzas Armadas para el control y la vigilancia.
Esta decisión se adoptó en la reunión en Lima y fue anunciada por la presidenta Boluarte desde Nueva York, donde permanecerá hasta el jueves participando en el 78| período de sesiones de la Asamblea General de las Naciones Unidas.
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Se trata de una medida que ya ha sido aplicada anteriormente en la ciudad, más específicamente en el Callao, en diciembre del 2015, y que no logró su cometido en esa oportunidad. Investigaciones posteriores determinaron que la delincuencia mudó de sitio su centro de operaciones y se trasladó de distrito. En el caso del Callao, se movieron a realizar sus ilícitos en San Juan de Lurigancho.
La ola delincuencial parece imparable y se estima que los índices se multiplican en algunos puntos de la ciudad. De enero a agosto, según la Policía Nacional, se han producido unas 6.000 extorsiones y la cantidad de víctimas del sicariato suma unas 80, solo en San Juan de Lurigancho.
Este distrito, que es el más poblado del Perú (1 millón 225 mil 92 personas), ha sido escenario de dos ataques en horas recientes. El primero fue en una discoteca, en la que incursionaron con una granada de guerra, y menos de 72 horas después, otro local recibió el impacto de otro explosivo. En el primer atentado se reportaron 15 heridos y en el segundo, 5. Se trataría de casos de extorsión para el pago de cupos. La policía ha dispuesto la búsqueda de los delincuentes y el alcalde se moviliza para que se adopten medidas que frenen la delincuencia.
Según cifras oficiales, la ola delincuencial ha alcanzado su punto más alto con el incremento exponencial de delitos, entre los que figuran con más frecuencia la extorsión, el sicariato y la violencia contra las mujeres.