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Opinión

El caso del juez que es Bukele lover, por Augusto Álvarez Rodrich

"El Salvador: ‘Esa democracia ya no es una democracia’".

larepublica.pe
AAR

Mientras muchos se preguntan si puede surgir ‘un Bukele’ en el Perú, otros lo anhelan y no pocos quieren serlo, el presidente del poder judicial, Javier Arévalo, dio un paso adelante al sugerir que sus políticas se apliquen en el país.

“Hay países que están teniendo éxito en la lucha contra la criminalidad. Un ejemplo de ellos es El Salvador. ¿Por qué no podemos tomar algo de sus experiencias para ver cómo la adaptamos a la experiencia peruana?”, afirmó anteayer Arévalo al inaugurar el segundo congreso internacional de flagrancia.

Arévalo agradeció la donación del local donde operará la Unidad de Flagrancia de Lima cuyo objetivo es una mayor eficacia en la lucha contra la delincuencia, con procesos más rápidos y sanciones para delitos en flagrancia.

De paso, la donación la hizo, en nombre del municipio de Lima, el alcalde Rafael López Aliaga, que algunos creen que pretende postular a la presidencia de la república —cuando estas se realicen— con propuestas sobre seguridad basadas en las que hoy se aplican en El Salvador.

Que haya políticos interesados en volverse ‘un Bukele’ no sorprende por su tremendo éxito político. Según el Latinobarómetro, El Salvador tiene hoy a la población de la región más satisfecha con el funcionamiento de ‘su’ democracia (64%), mientras que el Perú tiene el mayor nivel de insatisfacción (91%), y Ecuador (87%) en medio de su grave problema de inseguridad.

El problema es que ‘esa democracia ya no es democracia’ en El Salvador pues el presidente Nayib Bukele ha socavado profundamente las bases democráticas de ese país, con una acción de seguridad ante el grave peligro de la Mara Salvatrucha, deteniendo a 72 mil personas, con políticas muy populares, pero que socavan el más elemental estado de derecho, así como haciendo modificaciones a la ley para reelegirse con trampa con la complicidad de una corte suprema que él controla.

No sorprende que muchos políticos de la región, como Javier Milei y varios peruanos, estén encandilados con ser ‘un Bukele’, pero que lo promueva el mismo presidente del poder judicial del Perú es francamente vergonzoso y expresión de deterioro institucional de la justicia de este confundido país.