1. Un taxista en Huamanga sostiene que la salida a la crisis en el Perú es bien sencilla, “que Dina se vaya, pero antes que convoque a elecciones y que no postulen ni Castillo ni Keiko. Y ya está”. El chofer no anda tan despistado, a juzgar por las encuestas del IEP de mayo: 82% de los peruanos demanda elecciones generales. Ahora mismo no hay consenso más amplio, asociado a la salida de Dina Boluarte.
2. El sociólogo Omar Coronel identifica tres bloques convocantes a la marcha del 19 de julio: el Comité Nacional Unificado de Lucha del Perú (Conulp), el Comando Unitario Nacional de Lucha (CUL) y un espacio llamado de “centro” (centroizquierda, liberales, gente de DD.HH., etc.). Los tres bloques convergen en exigir la salida de Dina Boluarte.
El Conulp y el CUL demandan, además, el cierre del Congreso, que se instale una asamblea constituyente y liberación de los presos políticos detenidos desde el 7/12.
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3. El CUL y el Conulp eluden la consigna “elecciones generales” (aunque para algunos la figura “cierre del Congreso” consideraría una eventual convocatoria). En este punto, se abre una brecha entre esos gremios y el reclamo actual, el dominante de los ciudadanos de a pie: la vía de las elecciones generales.
Estos gremios privilegian agendas legítimas como nueva Constitución, con un respaldo ciudadano importante (34%, según el IEP), aunque muy por debajo de la demanda de comicios generales (82%, IEP).
Hay que notar, sin embargo, que la CGTP y otros gremios se desmarcan tácticamente del enunciado del CUL y lanzan convocatorias más afines al humor de la calle: #DinaRenunciaYa y #TomaLaCalle (algo menos #TomaDeLima).
4. La feroz represión del régimen seguida de la impunidad más desvergonzada, la concupiscencia de un Congreso que es un saco roto de prebendas, el ataque a la endeble institucionalidad que queda en pie, en fin, la prepotencia de todos los días ha producido un sentimiento de hartazgo cuando no de bronca en la gente. El 19J, la calle acogerá ese amplísimo espectro de ciudadanos, gremios y colectivos.
5. Esta diversidad nos muestra que “el Pueblo” en singular no existe: “el Pueblo” es muchos. Y además que las agendas de esos colectivos y gremios fluctúan en el tiempo y en la lucha democrática: unas se apuntalan, otras decaen (como la libertad de Pedro Castillo). Desplazamientos habituales en política.
6. Elecciones generales, reformas políticas mínimas previas, nueva Constitución (o reforma constitucional) y justicia para las víctimas de la represión son aspiraciones que se apuntalan en una marcha. Pero asegurar elecciones abiertas y con garantías de transparencia, abrir juicio a los responsables de las masacres, redactar cambios constitucionales son procesos políticos; no acaban en un día. El 19J se dará un paso, el primero. Un paso firme para recuperar nuestra democracia conculcada.