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Opinión

Orgullo en la ciudad, por Santiago Dammert

“Al enfocarnos en promover el respeto e incluir a los usuarios más vulnerables de la sociedad, nuestras ciudades se vuelven más amigables para todos en general”.

larepublica.pe
DAMMERT

En el mes de junio muchas ciudades alrededor del mundo se preparan para celebrar el mes del Orgullo LGTBI+. El Perú no es la excepción, y este año se llevarán a cabo marchas en más de 30 ciudades, desde Lima hasta Yarinacocha.

El mes del Orgullo tiene su origen en las protestas de Stonewall, que comenzaron el 28 de junio de 1969 cuando miembros de la comunidad LGTBI+ de la ciudad de Nueva York decidieron resistir los embates de la Policía, que constantemente usaba tácticas violentas e intimidatorias y cerraba los bares donde se congregaban, como el Stonewall Inn. Las protestas de Stonewall dieron inicio al movimiento por los derechos LGTBI+ en Estados Unidos, y pronto se vieron replicadas alrededor del mundo.

En el Perú, la primera manifestación pública por los derechos LGTBI+ se dio en el Parque Kennedy del distrito de Miraflores, en 1995. La primera marcha del Orgullo fue organizada en Lima el año 2002, y desde entonces se celebra anualmente, con una concurrencia cada vez mayor. El evento tiene un aire festivo y no hace falta ser LGTBI+ para asistir, ya que su objetivo es celebrar la diversidad e inclusión.

¿Por qué es importante celebrar la diversidad? Las concentraciones en el espacio público hacen visibles a las comunidades discriminadas o subrepresentadas, y son un recordatorio del trabajo que aún nos falta para lograr la igualdad. Al enfocarnos en promover el respeto e incluir a los usuarios más vulnerables de la sociedad, nuestras ciudades se vuelven más amigables para todos en general.

Para los más cínicos, la inclusión no solo es buena para las personas, sino también para la economía. Según la consultora McKinsey, las ciudades inclusivas son más productivas, ya que empoderan a todos sus habitantes a alcanzar su potencial y promueven la interacción social y económica. Si Lima quiere ser una potencia mundial, la diversidad es un eje que no se puede ignorar.