Por: Ariela Ruiz Caro
Hoy culminará en Lima el encuentro del injerencista y poco riguroso Foro de Madrid, promovido por la Fundación Disenso, dirigida por Santiago Abascal, líder y presidente del ultraderechista partido español Vox.
Este segundo Foro —el primero se realizó en Bogotá, en febrero del año pasado, con el fin de socavar la candidatura de Gustavo Petro ante la preocupación de que “un bloque narcoterrorista asaltara el poder”— tiene como objetivos principales “denunciar el plan internacional de desestabilización promovido por el Foro de Sao Paulo, el Grupo de Puebla y sus gobiernos afines en el Perú. Asimismo, ofrecer al pueblo peruano y a sus instituciones apoyo internacional para resistir la ofensiva izquierdista.
Estas dos últimas entidades están conformadas por líderes políticos con ideas afines en su posicionamiento frente a los problemas del mundo, tal como lo hacen los miembros del Foro de Madrid.
¿O acaso piensan que solo ellos tienen derecho a opinar y posicionarse , con el añadido de denigrar a quienes no comparten su visión política? El Foro de Sao Paulo y el Grupo de Puebla —este último no avaló el intento de autogolpe de Pedro Castillo— no son tan poderosos como para determinar los recientes triunfos de fuerzas electorales de alguna variante de izquierda en varios países de la región. El Foro de Madrid subestima la capacidad de discernir de los latinoamericanos.
Su visión superficial y retrógrada de la geopolítica mundial, en particular de la regional, continúa considerando como graves amenazas para la región a Cuba, Venezuela y Nicaragua, y les atribuye una gran incidencia en los resultados electorales recientes en la región. Nada más alejado de la realidad.
Con actitud quijotesca pretenden actuar como cruzados de la libertad frente al peligro amenazador de su destrucción, sin analizar las verdaderas causas que han llevado al triunfo electoral de personajes como Pedro Castillo, Gustavo Petro, Xiomara Castro, Gabriel Boric y Lula.
Su visión sesgada les impide contextualizar su análisis en la actual situación internacional caracterizada por la recesión mundial que anticipan los organismos internacionales por la crisis bancaria y financiera iniciada en Estados Unidos y Europa, la guerra entre Rusia y la OTAN en territorio ucraniano, la emergencia del liderazgo diplomático —y no solo económico, tecnológico, comercial y financiero— de China, el fortalecimiento del Brics y la Organización de Cooperación de Shanghái, entre otros.
En su poco democrática mirada, solo señalan el peligro que “el comunismo” representa en la región, al que ahora han añadido a Bolivia. Lo más ridículo del Foro de Madrid es que apoyan como tabla de salvación para el Perú a un Congreso que 90% de los peruanos desaprueba por inoperante y corrupto. Eso no importó para que el martes algunos de sus representantes se reunieran con el presidente del Congreso, José Williams, y con la congresista Maricarmen Alva para darles ánimo en su lucha por la defensa de la democracia.
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Con ocasión de la XXVIII Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado, realizada esta semana, le dijeron al anfitrión, Luis Abinader, presidente de República Dominicana, que la presencia de Miguel Díaz-Canel, Daniel Ortega, Nicolás Maduro y Luis Arce en la cumbre constituiría una afrenta a la democracia en Iberoamérica. El presidente dominicano hizo caso omiso al pedido, puesto que participaron los presidentes de Cuba y Bolivia.
Las instituciones peruanas han sido presentadas como ejemplo de garantes de la democracia por el Foro de Madrid. Les falta conocer la composición del Tribunal Constitucional y los flancos débiles de la fiscal de la nación.
Si el Foro de Madrid fuera democrático, debería exigir la pronta determinación de los responsables de los 67 fallecidos en el Perú por las protestas sociales y manifestar su repudio a la clausura del museo del Lugar de la Memoria, horas antes de que Amnistía Internacional presentara su informe sobre la situación de los derechos humanos.