Patricio Quintanilla Paulet, rector U La Salle
El último jueves, el Congreso aprobó, con solamente dos votos en contra, el Presupuesto General de la República para el año 2022.
En el plazo establecido en la Constitución, el 30 de agosto el Poder Ejecutivo presentó su proyecto, por un total de 197,002 millones de soles.
El presupuesto aprobado representa un incremento de 7.6% con respecto al año 2021, en términos corrientes, sin tomar en cuenta el aumento del Nivel General de Precios, que es la inflación.
Según proyección del Banco Central de Reserva del Perú (BCR), la inflación este año será de 4.9% (Reporte de Inflación, setiembre 2021), en términos reales el aumento del presupuesto será de 2.6%, menor al crecimiento estimado del Producto Bruto Interno (PBI), que la misma institución y en el mismo documento, lo estima en 3.4%; es decir, que comparado con la economía en su conjunto el Presupuesto Público no tendrá un incremento, reduciendo el déficit fiscal.
Este menor incremento real, comparado con el PBI, no tendrá un efecto reactivador en la economía, que tanto se necesita.
En la propuesta del Poder Ejecutivo, el 71% del presupuesto sería manejado en Lima por el gobierno nacional; por supuesto no todos estos recursos serán para la capital, pero si la decisión sobre los mismos, lo que obliga a las autoridades regionales y locales a depender de las decisiones de los funcionaros nacionales, con el consecuente esfuerzo y desgaste que esto significa.
Sobre este tema, el Congreso ha decidido aumentar la transferencia a las regiones a través del Fondo de Compensación Regional, del 1.0% al 1.5% del IGV. Algo es algo.
La comisión de Presupuesto del Congreso propuso varias modificaciones en el proyecto presentado, que fueron llevadas al pleno; las modificaciones aprobadas, son principalmente del campo laboral, entre las que se encuentra la ampliación del sistema CAS para los servidores públicos, por un año más por diferentes motivos.
También se incluye el otorgamiento de bonos y compensaciones, por diferentes conceptos.
Una buena señal es la aprobación casi unánime del Congreso de la República, sobre el Presupuesto para el año 2022, presentado por el Poder Ejecutivo; sin embargo, con un criterio estrictamente técnico, el aumento del mismo, en términos reales, esto es descontado el efecto de la inflación es de solamente 2.6%, menor al aumento esperado del PBI para el próximo año.
El Gasto de Capital (Inversión Pública), es menor al 24%, por lo que el Gasto Corriente, para mantener la maquinaria estatal, sigue siendo el preponderante.