No nos engañemos, Perú. Además de estar quebrado, nuestro país tiene una atracción irrefrenable por el autoritarismo, más que por la Libertad. Y lo más dramático es que el ala que se reclama como más Libertaria es la que vocifera: “Dame tu libertad, a cambio de tu seguridad”.
A pocos días de haberse culminado el conteo de votos por la ONPE al 100%, todavía se sigue cuestionando la legitimidad de las elecciones del Bicentenario, tomando la bandera de la Libertad como insignia. Un bando se atribuye la defensa de una libertad que nos salvará de una apocalíptica pobreza y la anarquía perpetua. El otro bando promete un “Perú Libre”, principalmente libre de pobres en un país rico.
No nos engañemos. No existe en el Perú un verdadero movimiento Liberal, cuando se construye una definición de Libertad basada en el temor al “otro”, al que piensa diferente. Y por eso, un recurso permanente de quien quiere estigmatizar, al contrario, es acuñar una palabra despectiva que “resuma” dicho señalamiento, como lo ejemplifican los epítetos de “indio”, “rico”, “marica”, “pobre”, “comunista”, “caviar” o “terruco”; por solo mencionar algunos ejemplos.
No es posible que un liberal cree una definición de Libertad construyendo una idea del “otro”, del “extraño” en tanto un enemigo del que hay que protegerse, en cuyo caso se justifica la toma de medidas extremas y todo para poder ofrecernos el siguiente contrato social: “Dame tu libertad, a cambio de tu seguridad”.
No se engañen. No hay liberales en los bandos que el fin de semana vociferaban: “¡Libertad!”.
Como ciudadanos empoderados NO podemos abdicar del sentido crítico que es el basamento último de la Democracia. Así que, les ruego no olvidar la genial frase de Benjamin Franklin: “La democracia son dos lobos y un cordero votando lo que van a comer. La libertad es el cordero bien armado discutiendo el resultado de la votación”. Por favor, no canjees tu Libertad, peruan@, por Miedo barato.