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Opinión

Familias empresarias: retos y oportunidades

Si bien la práctica puede hacer al maestro, en el campo de las familias empresarias no siempre es así. Esta requiere del conocimiento práctico en temas aplicados específicamente en el sector para su trascendencia.

larepublica.pe
Industria conservera en Huacho.

Mariana Garland, presidente de AEF Perú.

En el Perú hay 2.3 millones de empresas aproximadamente, y se estima que más del 80% tienen origen familiar. Estas empresas constituyen entre el 60 y 70% del empleo local, por lo que es acertado decir que su éxito es beneficioso para todo el país.

La actual crisis sanitaria nos obligó a una adaptación a marchas forzadas con dos etapas marcadas. La primera fue en la oferta: al inicio del estado de emergencia, alrededor del 60% de empresas familiares tuvieron que parar parcial o totalmente. La segunda fue en la demanda de los consumidores, lo que ha generado interesantes oportunidades dentro de las familias empresarias. Pese a que calculamos que cerca del 50% de empresas familiares han reactivado sus negocios sin créditos estatales, hay todavía otro porcentaje que intenta recuperarse.

Es común decir que las crisis son oportunidades, o por lo menos vale verlas de esa forma, especialmente en un país que ocupa el primer lugar a nivel mundial en cuanto al índice de espíritu emprendedor en Latinoamérica, según un informe del GEM y ESAN. Si bien la gestión u operación de una empresa familiar y una convencional son similares, los desafíos y retribuciones de sus propietarios suelen ser diferentes. El gran reto de la mayoría es la profesionalización de la empresa familiar: anteponer un modelo personalizado de toma de decisiones y gestión de la organización que conjugue estratégicamente la participación de la familia dentro de esta. Es interesante ver la extensa literatura sobre empresas familiares en la última década y el desconocimiento cada vez menor de este tema, que representa una valla que, si se salta, puede permitir un crecimiento aún mayor del sector.

Otro gran reto que presenta el empresariado familiar es la sucesión: solo el 30% logran pasar a la segunda generación y aproximadamente el 15% a la tercera. Suceder el negocio es un hecho que nos provee de una fortaleza innata para enfrentar las crisis y buscar salir adelante encontrando maneras creativas e innovadoras de sobresalir. Además de ser una cuestión de derecho, gestión y transferencia del patrimonio, una sucesión también implica el traspaso de valores a la formación en capacidades directivas, tecnológicas y emprendedoras. Un proceso que debe darse cuidadosamente y con la debida preparación.

Si bien la práctica puede hacer al maestro, en el campo de las familias empresarias no siempre es así. Esta requiere del conocimiento práctico en temas aplicados específicamente en el sector para su trascendencia. Es por eso que desde la Asociación de Empresas Familiares del Perú hemos entendido la importancia de estos principios y prácticas desde las etapas iniciales de un negocio familiar, por lo que el VIII Congreso de Familias Empresarias de este 27 de octubre será de manera virtual y abierto al público en general.