Más de un centenar de personas fueron detenidas en Irán en el marco de la investigación sobre las intoxicaciones de miles de niñas en escuelas, un caso que ha conmocionado al país, anunciaron las autoridades.
"Más de 100 personas sospechosas de ser responsables de incidentes en las escuelas fueron identificadas, detenidas e interrogadas", informó el Ministerio del Interior en un comunicado el sábado por la noche. El mensaje fue difundido por la agencia oficial de noticias Irna.
La entidad precisó que, entre los detenidos, algunos tenían "motivos hostiles" con el objetivo de "crear un clima de miedo entre el alumnado y de cerrar las escuelas". Aunque no dio más detalles, los arrestos tuvieron lugar en varias provincias, entre ellas las de Teherán o Qom (norte).
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El ministerio menciona "posibles vínculos con organizaciones terroristas" y cita a los Muyahidines del Pueblo de Irán (MEK), un movimiento en el exilio instalado en Albania.
El portavoz del MEK en París, Shahin Gobadi, denunció un "espectáculo ridículo para disimular el papel de las instituciones bajo la dirección de Jamenei en ese gran crimen".
"El crimen de envenenamiento de miles de alumnas (...) no es obra de nadie más que del régimen clerical y de su aparato de seguridad y represión", insistió, pidiendo a Tegerán que acepte una investigación internacional.
Desde finales de noviembre, muchas escuelas femeninas han registrado intoxicaciones, con gas y sustancias tóxicas, que han provocado náuseas, problemas respiratorios y desmayos en las alumnas, algunas de las cuales tuvieron que ser hospitalizadas.
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En total, las autoridades dijeron que hubo "más de 5.000 alumnas" afectadas en unos "230 centros escolares" en 25 de las 31 provincias del país.
El comunicado indicó que desde mediados de la semana pasada, el número de incidentes "disminuyó de forma significativa" y que no se produjeron nuevos casos. Esta oleada de intoxicaciones ha conmocionado al país. Las familias se movilizaron e instaron a las autoridades a reaccionar.
El 6 de marzo, el guía supremo iraní, el ayatolá Alí Jamenei, pidió "penas severas", incluso la pena de muerte, contra las personas responsables de estos envenenamientos, que calificó de "crímenes imperdonables".
Estas intoxicaciones empezaron dos meses después del inicio de las protestas desencadenas en el país tras la muerte, el 16 de septiembre, de Mahsa Amini, una joven de 22 años que falleció bajo custodia de la policía de la moral, tras ser detenida por no llevar correctamente puesto el velo.