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El aumento de la temperatura se hace insoportable, advierten expertos en crisis climática

Según la Organización Meteorológica Mundial, julio del 2021 fue el mes más caliente que se ha podido registrar en el planeta.

Desde el valle de la Muerte hasta las orillas del Éufrates, pasando por el subcontinente indio, el calentamiento global hace insoportable la existencia cotidiana a millones de personas.

“El valle de la Muerte es el lugar más caliente en la Tierra. La temperatura media en verano es todavía más alta estos 20 últimos años”, manifiesta Abby Wines, responsable de comunicación del parque nacional Death Valley en California.

En este desierto salpicado de arbustos, el termómetro ha llegado a 54,4 ºC en dos años consecutivos, una temperatura jamás registrada por los instrumentos modernos. Y el mes de julio de 2021 fue el más caliente jamás vivido en el planeta, según la Organización Meteorológica Mundial.

“Este calor insoportable nos afecta mucho y nosotros, los pobres, somos los afectados más duramente”, se lamenta Kuldeep Kaur, una habitante de Sri Ganganagar, en Rajastán, en el noroeste de India.

En el otro extremo del planeta, bajo la cúpula de calor que impactó a Canadá este verano, Rosa se desesperaba en Vancouver. “Es simplemente insoportable. No podemos salir con este calor”, se quejó.

“Miles de muertos”

Sin reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, este tipo de fenómeno “será más habitual” todavía, señala Zeke Hausfather, climatólogo del Breakthrough Institute.

El incremento de temperaturas vinculado al efecto invernadero comporta, a su vez, un aumento de la frecuencia y la intensidad de las sequías, los incendios, las tormentas y las inundaciones. Y también una multiplicación de canículas devastadoras para la agricultura y mortales para el hombre.

“Una inundación son algunos muertos, puede que decenas. Cada gran ola de calor extremo conlleva miles de muertos. Y sabemos que estas olas de calor se multiplican”, resume Robert Vautard, climatólogo y director del instituto Pierre-Simon Laplace.

Si el calentamiento planetario alcanza el umbral de +2 ºC, un cuarto de la población mundial vivirá canículas al menos una vez cada cinco años, según un proyecto de informe de la ONU obtenido por AFP antes de la gran conferencia internacional del clima (COP26) que comienza en Glasgow (Escocia) el 31 de octubre.

Impacto en las ciudades

Los beduinos siempre han convivido con este calor asfixiante.

“Debe hacer unos 43 grados y son solo las 08.30 o 09.00 a. m. A las 2.00 p.m., la temperatura puede llegar los 48 o 49 grados, a veces incluso 50. Pero es normal para nosotros, estamos acostumbrados, no estamos sorprendidos ni inquietos”, confía Nayef al Shamari, de 51 años.

Nayef y su padre Saad viven y trabajan en el desierto de Nefud en Arabia Saudita, donde crían camellos desde hace generaciones. A pesar de la calma de Nayef al Shamari, el modo de vida de estos beduinos puede verse en riesgo.

“Incluso los animales de la región que toleran el calor, como algunos camellos o cabras, van a verse afectados, así como la agricultura: este calor extremo va a tener un impacto en la producción alimentaria”, indica George Zittis, investigador en el Cyprus Institute.

Las marismas de Mesopotamia en Irak, entre el Tigris y el Éufrates, allí donde la leyenda ubica el jardín del Edén, también corren peligro.

“Las temperaturas elevadas, superiores a 50 grados, tienen consecuencias para los peces, los animales, los habitantes y el turismo”, dice el propietario de una barca, Razak Jabar, quien avanza lentamente en medio de un curso de agua. Con resignación, explica que deberá irse.

Estos desplazamientos forzados desde zonas rurales generan nuevos desafíos.

“En esta parte del mundo (Medio Oriente y África del Norte), prevemos que de aquí a final de siglo, un 90% de la población vivirá en ciudades”, donde las temperaturas ya tienden a ser más elevadas, pronostica George Zittis.

Ante la urgencia, se multiplican los llamados a actuar.

“Sin una disminución inmediata, rápida y a gran escala de las emisiones de gases de efecto invernadero, no podremos limitar el calentamiento del planeta a 1,5 ºC y las consecuencias serán catastróficas”, advirtió en septiembre el secretario general de la ONU, Antonio Guterres.