Miles de personas en todo el mundo luchan para vencer al nuevo coronavirus, que a su paso ha pérdidas inconsolables; sin embargo, en medio de todo lo negativo, una mujer vivió algo totalmente distinto: se infectó y fue atenderse al hospital en el que trabajaba su hermana perdida desde hace cinco décadas.
Doris Crippen es una de las ganadoras en la batalla frente a la COVID-19 y se pudo reencontrar su hermana perdida. Esta es la inspiradora historia situada en la ciudad de Omaha, en el estado de Nebraska, Estados Unidos, compartida por el portal The Washington Post.
Todo comenzó cuando la mujer, de 73 años, empezó a sentir ciertos malestares, sin creer que se trataba de coronavirus hasta que un día se desmayó. Afortunadamente, su hijo la encontró a tiempo y la trasladó a un hospital de la ciudad.
Tras varios análisis, los médicos determinaron Doris había dado positivo al coronavirus y tuvo que ser hospitalizada hasta que pudo vencer a la enfermedad. Para ello, fue enviada a Dunklau Gardens, un centro de rehabilitación y residencia de ancianos en Fremont, Nebraska, donde trabajaba una enfermera llamada Bev Boro.
Ambas hermanas pudieron volver a encontrarse luego de la separación de sus padres. Foto: The Washington Post
La mujer de 53 años que llevaba varios años trabajando en el mismo lugar se llevó una gran sorpresa al revisar la lista de pacientes y encontrar el nombre de Doris Crippen. “Dios mío, debe ser ella”, pensó en ese momento.
Con la esperanza de que se tratara de su hermana, y consciente de que tenía problemas de audición, en un tablero escribió “Wendal Huffman”, lo llevó con ella por algunas habitaciones hasta que escuchó en el fondo “¡Ese es mi padre!”.
Luego de la respuesta, no había duda de que era Doris. Ambas, hijas únicamente por parte de papá, se habían separado por 50 años por un problema de custodia que los padres tuvieron en aquel entonces.
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Durante todos estos años las hermanas intentaron volver a encontrarse, pero no lo habían logrado hasta ahora, en medio de la crisis sanitaria que atraviesa el mundo y en el que Doris enfermó.
“Es una locura cómo sin COVID-19, nunca se hubieran encontrado”, explicó Kevin Boro, hijo de Bev. El reencuentro se dio el 27 de junio y desde aquel día las mujeres han socializado con sus familias a través de videollamadas. También han intentado recuperar el tiempo que estuvieron separadas.
Una historia que muestra la otra parte del mal que atraviesa el mundo. Foto: The Washington Post.