Eduardo Martí tiene 58 años, vive en la ciudad cordobesa de Villa Dolores (Argentina), y desde hace tiempo jugaba la misma combinación de números: 03, 10, 11, 20, 25 y 30, con la esperanza de acertar en la lotería Quini 6 Tradicional, aunque la suerte le era esquiva. Sin embargo, el último 16 de octubre todo cambió.
“Estaba viendo un programa de televisión. Estaban dando la noticia de que el Papa había canonizado un nuevo santo. No me acuerdo el nombre, era un cura. El periodista dijo que un santo nuevo es muy milagroso y que hay que pedirle. Entonces, yo pensé: ‘Haceme ganar el Quini 6’", cuenta Martí.
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A los cinco minutos, lo llamó un familiar para avisarle que sus números eran los ganadores de más de $ 44 millones de pesos (alrededor de 754 mil dólares)
Martí está organizando una fiesta para su familia y amigos, con motivo de la celebración por el premio.
Eduardo Martí le dijo a Clarín que tiene tres hijas y tres nietos, y que va a buscar un salón para hacer una gran fiesta para toda su familia y amigos.
“Este es el primer día de mi nueva vida", dice sonriente en la vereda de su casa, mientras los vecinos que pasan lo felicitan.
El flamante millonario trabaja desde hace años en los Tribunales de Villa Dolores, entidad a la acaba de solicitar una licencia sin goce de sueldo hasta fin de año. Fue lo primero que hizo después de ganar la lotería.
Eduardo se repartirá el premio con una compañera de trabajo que lo acompañó a jugar el ticket ganador. Descontados los impuestos, se quedarán con más de 15 millones de pesos cada uno.
Los medios argentinos entrevistan a Eduardo Martí. Foto: Clarín.
Por su parte, María Elena González, propietaria del negocio donde se compró el boleto ganador, dice que Martí era un cliente regular. Asimismo, señala que es la mayor cifra ganada por alguien en su ciudad, que tiene solo 30 000 habitantes.
“A la agencia desde ahora la vamos a llamar ‘La millonaria de Traslasierra’", revela González.
A veces, un acontecimiento en la vida de una persona puede pasar desapercibida para los demás, pero cuando alguien se gana la lotería, el entorno de esa persona comienza a cambiar. Un efecto dominó.