México es un territorio lleno de pueblos maravillosos y acogedores. Con una superficie de 1.973 millones de kilómetros cuadrados y 32 entidades federativas, la nación azteca se manifiesta tanto como una fuente de historias míticas como de paisajes únicos. Este es el caso de Huasca, considerado el primer pueblo mágico de la nación azteca.
Este lugar, ubicado en el interior del estado de Hidalgo, es también una fuente constante de historias sobre duendes y un espacio ideal para los aficionados a la fotografía por sus bellos prismas basálticos.
Huasca de Ocampo está ubicado en el interior del estado de Hidalgo. Este Pueblo Mágico se encuentra dentro del Corredor Turístico de la Montaña y tiene como ciudad más cercana a Pachuca, a 30 kilómetros al noroeste.
El nombre de este lugar proviene del náhuatl Huascazaloyam. De acuerdo al articulo Emociones, identidad, turismo y vida en Huasca, citado por National Geographic, la traducción de este nombre sería “lugar de pájaros, agua, vegetación y alegría". Asimismo, también haría referencia a Melchor Ocampo, un intelectual, abogado, científico, político y filántropo mexicano que en el siglo XIX habría vivido en la zona.
En Huasca de Ocampo existe un museo donde se narra historias locales sobre duendes. Su mismo sitio señala que dentro de la casa de madera se puede encontrar representaciones artísticas y objetos testimoniales de toda la región. Incluso, la experiencia incluye una caminada al "árbol de los deseos".
Huasca de Ocampo cuenta con un museo sobre duendes. Foto: Undíacondya
Los primas basálticos con estructuras naturales cuya formación se remonta a millones de años atrás debido al enfriamiento de la lava. En Huasca de Ocampo, pueden disfrutarse en la barranca de Santa María Regla. Además, también pueden observarse y fotografiarse a través del puente colgante, de unos 40 metros de altura, ubicado en el pueblo.
La Secretaría de Turismo del Gobierno de México detalla que los Pueblos Mágicos son parte de un programa gubernamental iniciado en 2001 con el objetivo de fomentar el turismo en diversas regiones del país.
Estos pueblos son localidades que, a pesar del avance de la modernidad, han logrado conservar, valorar y defender su herencia histórica, cultural y natural. Este patrimonio se refleja en diversas expresiones tangibles e intangibles que enriquecen su identidad y atractivo turístico.
Hasta la fecha, 177 pueblos forman parte de este programa, distribuidos en 31 estados de la República Mexicana. Desde Aguascalientes hasta Zacatecas, estas localidades ofrecen una rica diversidad cultural y natural que atrae a visitantes tanto nacionales como internacionales.